Extrema derecha israelí, maravillada con nuevo equipo de Trump
Inicia anexión de Cisjordania / Exige la de Líbano / Continuará limpieza étnica en Gaza / Tendrá manga ancha contra Irán
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Líbano está sufriendo una invasión israelí, con bombardeos devastadores y ataques sorpresa. Para Mundo Abierto, llegamos a Beirut a hacer la cobertura. Puedes seguirla aquí.
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Beirut, Líbano. 15 de noviembre de 2024.
Donald Trump era el candidato de la ultraderecha israelí y ahora siguen festejando su victoria.
En sus primeras declaraciones, Trump adelantó que "vamos a deportar muy rápidamente a los extranjeros simpatizantes de la yijad y de Hamás" y que “a diferencia de la liberal Kamala, apoyaré el derecho de Israel a ganar su guerra… hay que acabar con ella, tienes que apoyar eso".
Más allá de sus palabras, lo que tiene a los extremistas israelíes con la boca abierta de sorprendido agradecimiento son sus designaciones porque, según cabecea un artículo el diario israelí Haaretz, “Solo Netanyahu podría haber escogido un equipo de política exterior más cómodo” para el gobierno israelí. Y subtitula: “Los nombramientos hasta ahora del presidente electo Donald Trump, desde Mike Huckabee hasta Pete Hegseth, ponen de relieve la prioridad que Medio Oriente tendrá para él. Los halcones pro-Israel están contentos; los palestinos y los aislacionistas, no tanto”.
La prensa está llena de expresiones de felicidad de los más sionistas de los sionistas, como Daniel Luria, de la organización Ateret Cohanim, quien declaró a The Guardian que “Israel nunca podría haber pedido nada más que esto” y que “estamos en una situación muy particular: literalmente, tenemos un nuevo Medio Oriente y tenemos que reajustarlo todo”.
En diarios como The Jerusalem Post, los opinadores se están dando vuelo imaginando que están cerca de realizar el sueño del Eretz Yisrael Hashlema o el Gran Israel, la tierra que llaman prometidas por dios, del sureste de Turquía al este de Egipto, absorbiendo Irak, Siria, Jordania, Kuwait y el norte de Arabia Saudí…
Empezando por Líbano.
El autor del texto de arriba afirma que el sur de Líbano pertenece históricamente a Israel y menciona acciones concretas: “A principios de este año, se fundó una organización israelí llamada Uri Tsafon (Despierta, Oh Norte) con el objetivo de fomentar el asentamiento judío en el sur de Líbano, y ha pedido al gobierno que actúe”.
Y aunque el texto de abajo es de septiembre, los partidarios de la colonización de Líbano lo están circulando con entusiasmo. Explica que: “Cuando Hashem (dios) le prometió a Avraham Avinu (el patriarca Abraham) la Tierra de Israel en el Brit Bein HaBetarim, el pasuk dice (בראשית טז): ‘En ese día, Hashem hizo un pacto con Avram, diciendo: ‘A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el Éufrates’. En la bendición que se encuentra al final de la parashá Ekev, Hashem nos dice que se nos concederá toda la tierra que conquistemos dentro de las fronteras mencionadas. En el norte, la Torá dice: ‘Todo lugar que pise la planta de tu pie será tuyo, desde el desierto y el Líbano, desde el río Éufrates hasta el mar occidental, será tu límite’”.
Por lo tanto, responde afirmativamente a la pregunta con la que abre el texto: “¿Estamos obligados a conquistar esas áreas?”
Pero antes, las tierras palestinas: la derecha israelí ya actúa anticipando el impulso de Trump, con el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich anunciando que inició los preparativos para la anexión de Cisjordania, mientras se profundiza la limpieza étnica definitiva en el norte de Gaza (que el periodista de la radio del Ejército israel Doron Kadosh llama “purificación” en el tweet de abajo), se agudizan los ataques contra Líbano y se anticipa una posible intensificación del conflicto con Irán.
El “dream team” del sionismo llega al gobierno de Estados Unidos
En su primer paso por la Presidencia, Trump rompió líneas rojas tradicionales de la política exterior de su país -que habían sido respetadas incluso por Nixon, Reagan y los Bush- y se lanzó a apoyar las exigencias israelíes: contra la legislación internacional, reconoció a Jerusalén como su capital, ordenó el traslado de su embajada a esa ciudad y validó la anexión del territorio sirio de los Altos del Golán.
Ahora podrá ir mucho más allá, haciendo pedazos la Carta de las Naciones Unidas y la justicia internacional. Y en terrible perjuicio, solo para empezar, de palestinos y libaneses, como revela el nuevo “dream team” del sionismo que llega a la Casa Blanca con Trump, que veremos ahora.
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