Acusan: “muelle humanitario estadounidense”, usado para matanza de Nuseirat
1,097 víctimas para rescatar a 4 rehenes / Palestinos: fuerzas israelíes disfrazadas de cooperantes entraron por instalación de EU
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Este sábado 8 de junio, el ejército israelí lanzó un ataque masivo de dos horas sobre el campamento de refugiados de Nuseirat, en la región central de Gaza, como cobertura para que una fuerza de élite ejecutara el rescate de cuatro rehenes. La operación, planeada durante semanas, fue efectuada pese al desproporcionado número de víctimas civiles que iba a causar (les importan poco, como te contamos aquí). El Ministerio de Salud de Gaza las cifra en 1,097, de las que 283 murieron (incluyendo a 64 niños y 57 mujeres) y 814 resultaron heridas. También asegura que otros tres rehenes fallecieron.
El equipo principal se movilizó en dos vehículos, un Nissan compacto y un camión que simulaba ser de ayuda misión humanitaria. Los palestinos denuncian que provino del muelle construido por Estados Unidos con el propósito de facilitar la entrega de ayuda de emergencia a la población de Gaza. Washington lo niega: reconoce que sí apoyó la operación pero de una forma que no aclara.
Tres de los rehenes fueron evacuados en un helicóptero que utilizaba la cobertura que le daba el muelle, a unos metros de él. El primer video fue difundido por el ejército, el segundo, grabado por testigos.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU, que en ese ataque sufrió la destrucción de dos de almacenes en Nuseirat que aprovisionaba desde el muelle, anunció que dejará de usarlo por ahora. La Sociedad Palestina de la Media Luna Roja -parte de Cruz Roja Internacional- denunció que “esconder fuerzas militares dentro de un camión de ayuda es un crimen de guerra contra los civiles” y que “usar una fuente de confianza para las personas atrapadas en el conflicto es una violación del derecho internacional y humanitario”, que además pone en peligro a los trabajadores humanitarios.
Desde Londres, el Monitor Euro-Mediterráneo de Derechos Humanos acusó que el ataque “violó numerosos principios del derecho internacional humanitario, como los de humanidad, distinción, necesidad militar, proporcionalidad y debida diligencia”, y exigió una investigación sobre la utilización del muelle con propósitos militares.
Coincidentemente, el gabinete de guerra del primer ministro Benjamín Netanyahu estaba a punto de partirse por la mitad. Benny Gantz, el político más popular de Israel en este momento, y su colega Gadi Eizenkot, que ante la emergencia bélica se integraron en octubre al pequeño grupo de cinco ministros, habían adelantado que la noche de ese sábado comunicarían su renuncia porque Netanyahu ofrece “promesas vacías” en vez de avanzar hacia una “victoria verdadera” .
Tras el anuncio de la liberación de los cuatro rehenes, pospusieron su conferencia de prensa y algunos observadores especularon que eso podría obligarlos a permanecer en el gabinete, por el momento. Pero el domingo, finalmente dieron el paso afuera. Netanyahu respondió: “Benny, no es el momento de abandonar la campaña, es el momento de unir fuerzas”.
4 por 1,097
Pese al bloqueo y a los altísimos precios de guerra, algunos mercados de Gaza logran funcionar parcialmente. Para quienes pueden pagar con lo que sea, son una forma de obtener lo básico para sobrevivir, además de la escasa ayuda humanitaria. Este punto comercial había desaparecido tras ser ocupado por tropas israelíes en enero. Pero se retiraron y en mayo, cuando empezaron a invadir el extremo sur, Rafah, un millón de personas escapó hacia el norte y miles de ellas se refugiaron en la zona.
Era mediodía de sábado, el primer día de la semana después de las oraciones del viernes, y el lugar estaba lleno de gente cuando iniciaron los bombardeos de helicópteros y drones. Los testigos, que hablaron para televisoras árabes, la cadena Al Jazeera y el diario británico The Guardian, contaron la locura de correr sin tener idea de a dónde ir, de qué lugar estaría menos expuesto, mientras el fuego y los cadáveres se incrementaban aquí y allá. Evitaban las clínicas y las escuelas que solían hacerles sentir seguridad, pero que han sido destruidas una y otra vez por el ejército.
En una calle, lindada por ruinas, la multitud fue encerrada por un lado por un helicóptero y por el otro, por un vehículo no tripulado, un cuadricóptero, que la ametrallaron sin distinción.
El objetivo era abrirle paso al equipo de élite, que se desplazaba en un compacto Nissan y un camión cubierto por una lona, que simulaba transportar ayuda humanitaria. Con apoyo aéreo, atacó el lugar donde retenían a los israelíes para después trasladarlos al punto de la playa donde los recogería un helicóptero, junto al muelle estadounidense.
Según la versión del ejército, cuando uno de los vehículos quedó atrapado, la fuerza aérea y la marina intensificaron el fuego, y cientos de tropas de infantería ingresaron al campamento.
Devastaron la zona. El cercano hospital Al Aqsa, que ha vuelto a funcionar después de haber sido atacado y ocupado varias veces, recibió a la mayoría de las víctimas.
“Fue un espectáculo terriblemente difícil, los heridos que recibimos eran de todas las edades: niños, mujeres, hombres, personas mayores, y había todo tipo de heridas”, declaró a The Guardian Ali Ibrahim Tawil, un médico de 31 años. “Muchos estaban en el suelo, las camas estaban colocadas en el patio, en una gran tienda de campaña al aire libre, literalmente todos los lugares del hospital estaban llenos de heridos, muertos o sus familiares. La sala de emergencias estaba tan llena que no podías cruzarla”.
El trato a los rehenes
Casi mil cien personas fueron muertas o heridas para ejecutar el rescate de cuatro rehenes con éxito. Según la versión del gobierno israelí. Si los palestinos demuestran que otros tres cautivos murieron, como afirman, la valoración podría no ser tan positiva.
Pero de entrada, Israel estuvo de fiesta hasta en las manifestaciones que exigen la renuncia de Netanyahu. A pesar del enorme trauma psicológico que deben haber padecido, los cautivos aparecieron en videos y fotografías contentos. Incluso, con apariencia de buena salud.
Algunos periodistas los compararon con los presos palestinos. Hala Jaber, con Farouk Khateeb, uno de los que han sido liberados entre unas seis mil personas que ha encarcelado Israel desde el 7 de Octubre, la mayoría sin procesos judiciales ni siquiera acusaciones, ni oportunidad de defenderse. Los otros rehenes.
Max Blumenthal publicó una de las fotos de presos palestinos difundidas por Israel.
Otros recordaron a Bassam Tamimi, padre de la conocida activista palestina Ahed Tamimi, después de seis meses de permanecer encarcelado por el ejército.
Las torturas y los malos tratos a los que son sometidos dejan a los presos palestinos en un estado físico contrastante con el de los recién liberados.
Ojalá que todos los cautivos, de ambos lados, pudieran regresar a casa sonrientes. Muchos han muerto. Pero por lo menos en varios casos, la diferencia es obvia. Este es un tema que trataremos con mayor detenimiento en Mundo Abierto, más adelante.
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