Masacre de trabajadores humanitarios en Gaza, documenta HRW
Israel ha matado a 746 sanitarios y de asistencia / Ocho casos, verificados con detalle / Con protección policiaca, fanáticos atacan convoyes / Aniversario Nakba
En medio del genocidio en Gaza, Israel se ha enfocado en masacrar a grupos específicos de profesionales, como los periodistas, los técnicos de telecomunicaciones y los trabajadores humanitarios.
Tel Aviv no cesa de repetir su catálogo de pretextos para justificar sus acciones, insistiendo en que se ajusta a la legislación internacional, en que protege a la población civil pues solo actúa contra objetivos “terroristas” y en que si acaso, solo ha cometido algunos “errores”.
Nuevamente, sus afirmaciones son desmentidas: un informe de Human Rights Watch, publicado a primera hora de hoy, martes, documenta con detalle ocho ataques directos contra personal de agencias de ayuda humanitaria, confirmando reportes periodísticos previos.
En cada ocasión, las fuerzas israelíes fueron oportuna y ampliamente informadas de la presencia y movimientos de los equipos de ayuda, y habían dado su autorización, pese a lo cual los asesinaron.
Además, el ejército ha hecho carnicerías de cientos de personas desesperadas que trataban de conseguir algo de comer, como en la “masacre de la harina” que reportamos en Mundo Abierto.
La evidencia es tan grande que ya no puede ser ocultada ni ignorada. En un reporte al Congreso de Estados Unidos, presentado el viernes por la noche (de manera que recibió poca atención durante el fin de semana) por el secretario de Estado Anthony Blinken, se reconoce, en un lenguaje eufemístico, que "es razonable valorar que Israel utilizó armas fabricadas en Estados Unidos de maneras que no mitigaron suficientemente el daño civil”.
A pesar de lo cual, Blinken no encontró motivos para proceder contra ese país porque “no se pudo concluir definitivamente que algún incidente específico cumpliera con el umbral de violación”.
Ese mismo día y los siguientes, la policía israelí protegió agresiones de grupos de fanáticos judíos contra instalaciones de Naciones Unidas en Jerusalén, que tuvieron que ser evacuadas y cerradas indefinidamente, y contra convoys que transportaban ayuda humanitaria que se necesita urgentemente en Gaza.
Este jueves y viernes, como parte del proceso en el que juzga al Estado de Israel bajo cargos de genocidio (que durará años), la Corte Internacional de Justicia de La Haya realizará audiencias por una nueva solicitud de Sudáfrica de que le imponga medidas cautelares a Israel, para detener la comisión de este crimen de todos los crímenes y acusándolo de haber desoído las que ya le habían sido ordenadas.
Este miércoles 15 de mayo es el día más importante del calendario cívico palestino, pues se celebra el 78 aniversario de la Nakba (catástrofe) o expulsión de cientos de miles de palestinos de sus hogares en los territorios que ahora forman Israel. Muchos de ellos fueron hacinados en una estrecha barra de arena con escasos recursos naturales y apenas agua que hoy se conoce como la Franja de Gaza.
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Una política deliberada
Este 30 de abril, la ONU reportó que la ofensiva militar ha matado a 254 trabajadores humanitarios y a 492 trabajadores de la salud, sumando 746 víctimas entre las 34,622 fatalidades que ha sufrido la población en general (más casi 78 mil heridos y un millón cien mil personas en el nivel 5, el más grave de la escala de inseguridad alimentaria, descrito como “catastrófico”).
Ayer mismo, lunes 13, un vehículo de Naciones Unidas -debidamente marcado- que se dirigía a un hospital fue destruido, produciendo la muerte de uno de los trabajadores y dejando herido a otro.
En su informe “Gaza: israelíes atacan lugares conocidos de trabajadores humanitarios”, Human Rights Watch subraya que las organizaciones de ayuda han tenido que limitar o incluso suspender sus tareas indispensables para proteger a su personal.
El resultado de esta criminal política israelí es imponerles todavía más sufrimiento a las 2 millones 300 mil personas atrapadas en Gaza:
Human Rights Watch ha descubierto que las autoridades israelíes están utilizando el hambre como método de guerra en Gaza. De conformidad con una política establecida por funcionarios israelíes y llevada a cabo por las fuerzas israelíes, las autoridades israelíes están bloqueando deliberadamente el suministro de agua, alimentos y combustible, impidiendo intencionadamente la asistencia humanitaria, aparentemente arrasando zonas agrícolas y privando a la población civil de bienes indispensables. a su supervivencia. Los niños en Gaza han estado muriendo por complicaciones relacionadas con el hambre.
Esta mañana, Médicos Sin Fronteras (MSF) dijo que se vio “obligada a dejar de brindar atención médica en el Hospital Indonesio de Rafah” a partir del domingo, pues “hemos observado un patrón de ataques sistemáticos contra instalaciones médicas e infraestructuras civiles desde el comienzo de la guerra.
Estos son los ocho ataques documentados por HRW
World Central Kitchen, 1 de abril.
Poco antes de las 11 de la noche, las fuerzas israelíes llevaron a cabo un ataque con drones con tres misiles contra un convoy de tres vehículos, dos de ellos marcados con el logotipo de la organización en el techo, en el centro de Gaza. Todos ellos transportaban civiles que habían escoltaban ocho camiones de socorro. El ataque mató a siete trabajadores humanitarios. El convoy acababa de salir de un almacén de alimentos en Deir al-Balah y recorría una ruta que la organización dijo haber acordado con el ejército israelí. Según se informa, el ataque fue llevado a cabo por un dron Hermes 450 de fabricación israelí.
El ejército israelí dijo que se había tratado de “un grave error”, resultado de una “falta de coordinación”. World Central Kitchen reclamó una investigación independiente pero ha sido ignorada.
En Mundo Abierto, te informamos de este caso aquí.
Médicos Sin Fronteras, 18 de noviembre.
El 18 de noviembre de 2023, las fuerzas armadas atacaron un convoy de cinco vehículos marcados de MSF y mataron a dos personas, dijeron testigos. El grupo había estado intentando evacuar a 137 civiles de su albergue cerca del hospital al-Shifa en Rimal, al norte de Gaza, donde habían estado atrapados durante una semana, hacia el sur de Gaza. MSF dijo que había coordinado el movimiento del convoy con las fuerzas armadas israelíes y siguió la ruta prescrita por el ejército. Una vez que el convoy llegó a un puesto de control abarrotado cerca de Wadi Gaza, los soldados israelíes no permitieron que los vehículos pasaran el puesto de control durante horas.
Al escuchar disparos en las cercanías, el personal de MSF, que todavía esperaba para pasar, decidió regresar al albergue, siete kilómetros al norte. Se pusieron en contacto con la Administración de Coordinación y Enlace de Israel para informarle que tenían que regresar.
Cuando se acercaban a su oficina, entre las 15.30 y las 16.30 horas, el ejército israelí atacó el convoy, alcanzando dos de los vehículos. La organización. Un miembro del personal dijo: "Me aterroricé cuando vi que los francotiradores y los tanques nos apuntaban con sus armas, especialmente a la cuarta y quinta camionetas". MSF dijo que el personal no vio ningún objetivo militar en la zona. La organización solicitó una explicación a las autoridades israelíes, pero no recibió respuesta.
Refugio de la ONU, 9 de diciembre
La marina israelí disparó cañones de 20 mm contra un albergue de la UNRWA que constaba de dos edificios en Rafah. Los proyectiles dañaron el lado oeste de ambos edificios. El ataque se produjo a última hora de la noche, mientras 10 empleados dormían en el interior. La agencia dijo que había compartido las coordenadas del albergue con las autoridades israelíes de forma regular antes del ataque, incluida la fecha del mismo, y que no tenía conocimiento de ningún objetivo militar en el área en ese momento. El subcomandante del Comando Sur de Israel dijo a la UNRWA que el ataque se había llevado a cabo por error.
Albergue de MSF, 8 de enero
Un proyectil israelí perforó el costado de un edificio en el que se refugiaban más de 100 trabajadores de MSF y sus familias en Khan Yunis. Mató a una niña de cinco años e hirió a cuatro personas. En ese momento, el personal no vio ningún objetivo militar en la zona y no recibió ninguna advertencia del ataque, que tuvo lugar en una zona sin orden de evacuación. Había compartido las coordenadas del edificio con las autoridades israelíes de forma regular, informando que era un refugio de MSF.
En un video, Léo Cans, jefe de misión de MSF en Palestina, describía el ataque y mostraba dos agujeros paralelos en el muro por donde habían pasado las municiones, así como fotografías de restos tirados en el césped. El New York Times analizó las imágenes e informó que mostraban los restos de un proyectil de tanque israelí de 120 mm con marcas en hebreo fuera del albergue. El ejército israelí negó al periódico haber atacado el edificio. Sin embargo, MSF informó que las autoridades israelíes dijeron más tarde a la organización que los daños al albergue habían sido colaterales de un ataque contra un objetivo “terrorista”.
Refugio de International Rescue Committee (IRC) and Medical Aid for Palestinians (MAP), 18 de enero
Un ataque aéreo israelí alcanzó el muro perimetral alrededor de un albergue utilizado por IRC y MAP, al norte de Khan Younis. Se alojaban en ese momento 12 personas, incluidos cuatro médicos. Nadie murió pero tres personas sufrieron heridas. El análisis satelital muestra que el ataque dejó un cráter de aproximadamente 15 metros de ancho en el suelo arenoso, destruyó el muro que marcaba el perímetro de la propiedad y dañó significativamente la casa. Las autoridades israelíes conocían las coordenadas. Alrededor, no hay otros edificios o estructuras, ni algún objetivo militar. Una evaluación independiente in situ realizada por un equipo de la ONU concluyó que el daño fue el resultado de un ataque aéreo, que probablemente involucró una bomba GBU-32 guiada, de fabricación estadounidense, lanzada desde el aire por un avión F-16. Las organizaciones dijeron que Israel ha proporcionado seis explicaciones diferentes y contradictorias sobre si el ataque tuvo lugar y por qué.
Convoy de la ONU, 5 de febrero.
Disparos navales israelíes alcanzaron un camión de ayuda de la UNRWA. El ataque se produjo mientras un convoy de 10 camiones, flanqueado por vehículos marcados de la ONU, estaba estacionado en una carretera en el oeste de Nuseirat, esperando en un punto acordado con los israelíes, para proceder a un puesto de control israelí. El bombardeo dañó el último camión del convoy. Nadie salió herido.
Debido a este incidente, la UNRWA tuvo que suspender durante 19 días las actividades de asistencia al norte de Gaza, que afectaron a 200 mil personas.
Albergue de MSF, 10 de febrero
Poco después de las 8 pm, un tanque israelí disparó un arma de calibre medio a grande contra un edificio de apartamentos de varios pisos en el barrio de Al-Mawasi de Khan Younis, donde solo se encontraba el personal de MSF y sus familias, 64 personas en total. El ataque mató a dos personas e hirió a otras siete. MSF dijo que el personal no vio ningún objeto militar en la zona en ese momento y no recibió ninguna advertencia.
Las fotografías y vídeos incluidos en un informe de Sky News sobre el ataque y revisados por Human Rights Watch confirman que una gran bandera de MSF estaba colgada en el exterior del edificio en el momento del ataque. Las imágenes de tierra y de satélite muestran que el edificio está aislado, pues las construcciones más cercanas están a aproximadamente 50 metros de distancia.
Las fuerzas armadas dispararon ráfagas adicionales contra el exterior del edificio y el interior de la planta baja. Una investigación independiente, que fue corroborada por relatos de testigos, confirmó que había un tanque israelí en la zona en el momento del incidente, y concluyó que el proyectil que provocó la explosión fue disparado por un tanque israelí Merkava. Los impactos de bala de pequeño calibre en el edificio son compatibles con el armamento secundario de los tanques Merkava.
El ejército israelí le dijo a Sky News que el tanque abrió fuego contra el edificio porque había sido "identificado como un edificio donde se está produciendo actividad terrorista".
Casa de un empleado de American Near East Refugee Aid (Anera), 8 de marzo
El 13 de octubre, Doaa Shawwa, su marido Mousa Shawwa y sus hijos Dima, de 13 años, y Karim, de 6, huyeron de su casa en Tal al-Hawa y se mudaron al apartamento del segundo piso de un amigo en al-Zuwaida, en un edificio de tres departamentos más al sur.
El ataque mató al menos a tres personas e hirió al menos a tres más.
Mousa era el coordinador de suministros y logística de Anera. La organización le mostró al New York Times los correos electrónicos que había enviado a las autoridades israelíes en los que incluía las coordenadas de la casa, así como fotografías del edificio, informándoles que allí vivía uno de sus trabajadores con su familia. Las autoridades israelíes confirmaron que la ubicación estaba siendo "procesada" en su "sistema".
Alrededor de las cuatro de la tarde, Mousa estaba parado en la puerta del apartamento con el hermano de Doaa, Baha al-Gifri, hablando con ella cuando se produjo el ataque. “Estaba a mitad de una frase cuando nos impactaron. No recuerdo nada de ese momento, perdí el conocimiento inmediatamente y sólo me desperté más tarde en el hospital para descubrir que había perdido a Mousa y a mi hermano”, dijo Doaa.
Mousa tenía heridas en todo el cuerpo y murió cuando llegó al hospital de Al Aqsa. Baha murió en el momento del impacto, con heridas en la cabeza y el rostro. Karim, el hijo de 6 años, sufrió una lesión en la cabeza, pero el personal médico no se dio cuenta de que tenía una fractura de cráneo y una hemorragia interna en el cerebro, por lo que inicialmente sus heridas no fueron tratadas. Murió en el hospital al-Arish de Egipto, 11 días después.
Su madre resultó con una fractura de la mano derecha y una gran herida en la cara y la cabeza. Dima, con fractura del pie derecho y el cuerpo y la cara cubiertos de heridas provocadas por fragmentos de metal. Dima también sufrió quemaduras en la mano derecha. Un amigo tuvo quemaduras en la cara.
Los expertos consultados por el New York Times concluyeron que el ataque se llevó a cabo con una bomba de precisión lanzada desde el aire. Israel le dijo al diario que el ataque había tenido como objetivo a un miembro de Hamás.
El saqueo de la ayuda, permitido por Israel
Por meses, grupos de fanáticos judíos han realizado acciones para impedir la entrada de la ayuda humanitaria a Gaza, y agudizar así el sufrimiento de millones de personas, como cientos de miles de niños que están sufriendo la hambruna y heridas y enfermedades que serían curables si se dispusiera de medicamentos e instrumental adecuado. Los que sobrevivan, padecerán las consecuencias para siempre.
Ayer, lunes, atacaron un convoy que venía de Jordania, en Tarqumiyah, cerca de Hebrón. Las fuerzas israelíes observaron pasivamente cómo los extremistas saqueaban los alimentos, y después quemaban dos de los camiones.
Los atacantes grabaron los videos y los subieron a redes sociales para presumir su hazaña.
Sapir Sluzker Amran, una abogada israelí de derechos humanos que estuvo presente, le dijo a la cadena Al Jazeera que, el evento duró horas, en las que destruyeron cajas de arroz y fideos. La policía protegió a los agresores, dándoles “pleno permiso para hacer lo que quisieran. No vi que arrestaran a nadie. A la única a la que le pidieron que se fuera fue a mí”, añadió, señalando que los activistas también la amenazaron y agredieron físicamente por intentar documentar el incidente. Dijo que cree que la policía o las fuerzas de seguridad proporcionaron a los radicales la información sobre el convoy, que se compartió abiertamente en redes sociales.
Colombia, Egipto y Turquía se suman a Sudáfrica en la CIJ
Esos tres países han solicitado su adhesión a la acusación sudafricana contra Israel por genocidio.
Cada caso tiene un peso propio. El de Colombia, porque es el primer país de América Latina que lo hace y hace notar que las potencias de la zona, que tienen gobiernos progresistas, no lo han hecho, México y Brasil.
Turquía y Egipto son potencias regionales musulmanas que hasta ahora sostenían buenas relaciones con Israel.
Egipto, en particular, es signatario de los acuerdos de Campo David con Israel, mediante los cuales cada país recibe cada año millones de dólares en ayuda militar estadounidense. Y es el socio que completa el cerco israelí sobre Gaza, pues tiene 13 kilómetros de frontera con la franja y controlaba, hasta la semana pasada, el único paso que no llevaba a Israel.
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