A 10 días de la orden de La Haya, Israel la desobedece y Washington la sabotea
Crímenes continúan / Ayuda es bloqueada / Agencia de refugiados sigue bajo ataque / Crisis humanitaria se desborda / Limpieza étnica en marcha
“¿Por qué los países donantes, incluido el Reino Unido, retiraron el financiamiento (de la agencia de refugiados de la ONU para los palestinos) con base en alegatos endebles y no comprobados, antes de hacer una investigación?”
Esta pregunta no fue hecha desde un país crítico de Israel sino desde uno de sus más importantes aliados, y por una de las periodistas más prestigiadas de un canal público, el británico Channel Four.
La tuiteó hoy lunes Lindsey Hilsum, su editora internacional, al presentar un reportaje en el que fueron analizadas las “evidencias” del gobierno israelí contra la UNRWA (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos).
O más bien, contra apenas doce de sus 30 mil empleados.
Ni siquiera Sky News, la cadena fundada por el famoso magnate Rupert Murdoch y parte del mismo grupo con la ultraderechista Fox News, pudo dar por válidas las supuestas pruebas, de las que señala que no implican a la UNRWA (además de que el número de acusados de pronto se redujo a seis).
Endebles, sin demostrar y contra milésimas de los trabajadores del organismo. Para Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Japón, Francia, Suiza, Canadá, Países Bajos, Italia, Australia, Austria y Finlandia, que en conjunto aportan más de la mitad del presupuesto de la UNRWA, las acusaciones fueron motivo suficiente para anunciar que le retirarán el dinero, como expliqué en este texto de Mundo Abierto.
Y escogieron darlo a conocer nada menos que el viernes 26 de enero… horas después de que la Corte Internacional de Justicia, en La Haya, confirmó que someterá a Israel a juicio, bajo la acusación de genocidio (lo conté aquí), y ordenó que ese país cumpla varias medidas cautelares, como garantizar que sus tropas no cometan actos tendientes al exterminio ni se incite a ello, y permita la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, en cantidades suficientes.
Pero tanto Washington como Israel actúan como si el más alto tribunal del mundo hubiera exigido lo contrario.
Destruida ya, la mitad de Gaza
Entre el día del anuncio de la Corte y este lunes 5 de febrero, la cifra de palestinos muertos aumentó de 26 mil 257 a 27 mil 478. Es decir, mil 221 en diez días. El 85% de la población ha tenido que abandonar su hogar y la cuarta parte ha llegado al nivel 5, el peor de la escala alimentaria, considerada de “catástrofe”. Hay gente comiendo pasto y bebiendo agua contaminada, según un reportaje de la CNN.
Nuevos datos confirman que el ejército israelí está arrasando con todo. Un análisis de imágenes satelitales realizado por la BBC, la histórica cadena británica, indica que más de la mitad (entre el 50 y el 61%) de las construcciones han sido derruidas o fuertemente dañadas, como muestra en este mapa de áreas afectadas (marcadas en rojo).
El norte ha sufrido lo peor de la ofensiva pero esta ahora se enfoca en el centro sur, sobre todo la ciudad de Khan Younis, y avanza al sur, Rafah, donde se aprieta la mayor parte de la población, tras obedecer las órdenes militares de trasladarse ahí.
Estas imágenes son de de zonas urbanas de Khan Younis pero también han afectado gravemente las escasas tierras de cultivo.
Eso es a vuelo de pájaro. Sobre el terreno, el 1 de febrero, un pequeño grupo de periodistas palestinos logró llegar al noroeste de Gaza, donde comprobó que las tropas israelíes no pretenden dejar nada utilizable.
Yo estuve en varios de esos lugares en 2014, en la guerra anterior: Ciudad de Gaza, Beit Hanoun, Beit Lahiya y otras eran zonas urbanas densas, con edificios, calles, avenidas, alumbrado, antenas, cables, todo. Ahora está irreconocible.
El reportero Abdel Qader Sabbah reporta que toda esa parte ha sido borrada y que el nivel de destrucción es indescriptible: "Algunas áreas fueron destruidas solo por destruirlas, sin tener necesidad militar".
El objeto es acabar con las condiciones que permiten la habitabilidad del territorio: así, los habitantes no podrán regresar, la crisis humanitaria se agravará y, según esperan quienes toman las decisiones, esto forzará a la comunidad internacional a desenraizar a dos millones de personas, para que Gaza pueda ser anexada a Israel, reconstruida y colonizada por judíos.
No es ninguna fantasía. Ya conté aquí cómo es que miles de derechistas israelíes, encabezados por varios ministros del gabinete israelí y legisladores de la coalición de gobierno, se reunieron el 28 de enero en un congreso en Jerusalén para celebrar el arrasamiento de Gaza y revisar los planes para repartírsela. Este mapa, que marca los lugares a ocupar, en los que ahora todavía sobreviven dos millones de palestinos, fue presentado en tamaño gigante, a bombo y platillo.
Genocidio negado
El secretario de Estado del gobierno estadounidense, Anthony Blinken, declaró en un comunicado que, “con base en el análisis cuidadoso de la ley y los hechos disponibles realizado por el Departamento de Estado, he determinado que han cometido crímenes contra la humanidad y limpieza étnica”.
Esto fue el 6 de diciembre. Pero no se refería a los israelíes en Gaza sino a los bandos en guerra en Sudán. En ese caso, no le tembló la mano. En el del país actualmente bajo juicio, simplemente niega que algo extraordinario esté ocurriendo y se limita a pedir con prudencia que Israel respete a la población civil mientras le siguen dando protección militar y enviando miles de millones de dólares en ayuda bélica.
El número de muertes y las dimensiones de la destrucción confirman que el ejército sigue operando de la manera que motivó a Sudáfrica a acusarlo de genocidio. El ataque desmedido de Washington y aliados contra la UNRWA es considerado una venganza contra la ONU, a raíz de la decisión de la Corte Internacional de Justicia.
Esa es la respuesta más elocuente que Netanyahu, Blinken y asociados podían darle al concepto de justicia internacional.
Como complemento, está la libertad que les dan a los colonos más extremistas para bloquear la entrada a Gaza de la escasa ayuda humanitaria que Israel ha autorizado.
Unos se creen muy graciosos, como estos que juegan a la sillita mientras impiden el paso de los camiones con los alimentos que desesperadamente necesita la gente que en este momento está muriendo de hambre.
Otros, revelan la verdadera naturaleza del régimen fascista que Washington, Londres, Berlín, París, Roma, Tokio y otros protegen, atacando directamente al principal sostén de la población civil de Gaza, la UNRWA.
"Yo soy el dueño aquí. Tú eres un esclavo".
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