Sobrevivientes del genocidio nazi se movilizan contra el genocidio israelí
"El principio de 'nunca más' no es exclusivo de un pueblo, es 'nunca más para nadie'" / Convocan a Marcha Global a Gaza
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Contenido de esta edición
1- Convocan a Marcha Global a Gaza
2- Sobrevivientes del genocidio nazi se oponen al genocidio israelí
3- Extra: Piers Morgan admite que se equivocó y sí estamos frente a un genocidio
Convocan a Marcha Global a Gaza
La cita es en El Cairo, el 12 de junio, y las actividades se prolongarán hasta el día 20. Encuentra la información así como la manera de contactar con la delegación de tu país en el sitio web MarchToGaza.net.
"Si hubieran existido Tik Tok, Instagram y YouTube en Auschwitz, esto es lo que hubiésemos visto, gente quemándose viva. Cuando gente como ésta es empoderada y se le anima, se le permite y se le apoya para perpetrar sus horrores, se vuelve más loca, más cruel, más implacable, más despiadada. Esto es lo que les pasó a los nazis, los nazis no empezaron con cámaras de gas. Es una progresión de locura y crueldad. Y especialmente cuando es animada por los poderes imperiales”.
Gabor Maté, médico y escritor canadiense judío, nacido en Hungría en 1944 y sobreviviente del Holocausto.
Sobrevivientes del genocidio nazi se oponen al genocidio israelí
Por Témoris Grecko
Los líderes israelíes pueden escuchar que todos los expertos internacionalmente reconocidos sobre el genocidio llaman “genocidio” a lo que están haciendo en Gaza (como reporté en Milenio). Pueden observar a varios de sus gobiernos aliados de siempre, con la sola excepción de Estados Unidos, alertarlos de que han cruzado demasiadas líneas rojas y deben parar su guerra ya. Pueden ver cómo figuras mediáticas simpatizantes ceden ante lo evidente, como acaba de hacer el influyente conductor británico Piers Morgan (ver al final).
Pero lo que más los pone en evidencia es que aquellos en quienes han tratado de fundar toda su argumentación plagada de mentiras, las víctimas del Holocausto, se alzan para rechazar que cometan otro genocidio, ahora en su nombre.
No es la primera vez. Solo en el último par de décadas, intelectuales como el politólogo estadounidense Norman Finkelstein desmontó, elocuente y viralmente, las “lágrimas de cocodrilo” de las personas que usan a quienes fueron asesinados por el régimen nazi para argumentar a favor de masacrar palestinos; figuras como la judía alemana Hedy Epstein, quien escapó a Londres en 1939, hicieron una huelga de hambre a favor de Palestina; y ante la ofensiva contra Gaza de 2014, 327 sobrevivientes judíos del Holocausto y descendientes de sobrevivientes publicaron un manifiesto en el que condenan "la masacre de palestinos en Gaza" y llaman al boicot total a Israel.
Ahora, nuevamente, numerosas figuras marcadas por la experiencia directa o indirecta del horror nazi invocan el principio de “nunca más”, no solo como un recordatorio de su propio sufrimiento, sino como un llamado universal a detener la violencia y la deshumanización, sin importar quién sea la víctima, en la barbarie que Israel comete en Gaza.
El Holocausto y las “lágrimas de cocordilo”
Estas declaraciones de Norman Finkelstein, (en una presentación en la Universidad de Waterloo, registradas en el documental “American Radical: The Trials of Norman Finkelstein”, de David Ridgen y Nicolas Rossier, 2009), son ya un clásico de cómo desmontar una argumentación chantajista. “Ya no respeto eso”, respondió a una joven que dijo, con lloriqueos, que ciertas referencias que él había hecho le resultaban ofensivas. “No me gustan y no respeto las lágrimas de cocodrilo”. Cuando una parte del público lo intentó callar, replicó: "No me gusta usar, ante una audiencia, la carta del Holocausto, pero ahora me siento obligado a hacerlo. Mi padre estuvo en Auschwitz, mi madre estuvo en el campo de concentración de Majdanek. Cada uno de los miembros de mi familia, de ambos lados, fueron exterminados. Mis dos padres estuvieron en el levantamiento del Gueto de Varsovia y, precisamente, por las lecciones que nos dieron mis padres a mí y a mis dos hermanos, no voy a ser silenciado cuando Israel comete crímenes contra los palestinos. Y considero que no hay nada más despreciable que usar su sufrimiento y su martirio para intentar justificar la tortura, la brutalidad, la demolición de hogares, que Israel comete diariamente contra los palestinos. De maneras que me niego, ya no más, a ser intimidado o presionado por las lágrimas. Si tuvieras corazón dentro de ti, estarías llorando por los palestinos”.
En su libro “The Holocaust Industry”, de 2010, Finkelstein sostiene que la memoria del Holocausto ha sido explotada por ciertas organizaciones y figuras judías, particularmente en Estados Unidos, para obtener beneficios políticos y económicos. Argumenta que esta "industria" utiliza el sufrimiento histórico de los judíos para justificar demandas financieras, como las reparaciones de bancos suizos y empresas alemanas, mientras se enriquece a sí misma en lugar de beneficiar a los verdaderos sobrevivientes. Finkelstein critica la manipulación de la narrativa del Holocausto para silenciar críticas a Israel y promover intereses políticos, afirmando que esta explotación trivializa la tragedia real y fomenta el antisemitismo. El Holocausto, concluye, ha sido transformado en una herramienta ideológica, alejándose de la verdad.
Como represalia, Finkelstein fue excluido de la academia estadounidense.
“El genocidio comienza con el silencio”
En Alemania, la memoria del Holocausto lleva un peso particular debido a la historia del país, perpetrador de dos genocidios (el de su colonia de África Sudoccidental, en 1904-08, además del nazi). Sobreponiéndose a ello, Hedy Epstein, una sobreviviente cuyos padres escaparon a Inglaterra en 1939 mientras el resto de su familia era asesinada por los nazis, participó en una huelga de hambre en El Cairo en 2009 para protestar contra la prohibición de una marcha conmemorativa por la ofensiva israelí “Plomo Fundido” en Gaza. A los 85 años, Epstein exigió la intervención de la ONU y la libertad para Gaza, uniendo su experiencia personal con una lucha más amplia por los derechos humanos. Falleció en 2016.
Ya en 2014, 327 judíos sobrevivientes y descendientes de sobrevivientes del Holocausto advirtieron, en una carta abierta publicada ese 23 de agosto en el New York Times (la ofensiva israelí de aquel año contra Gaza llevaba más de seis semanas), que ”el genocidio comienza con el silencio del mundo”.
En su texto, condenan “inequívocamente la masacre de palestinos en Gaza y la continua ocupación y colonización de la Palestina histórica”, así como “a Estados Unidos por proporcionar a Israel la financiación” y a “los Estados occidentales en general por utilizar su poder diplomático para proteger a Israel de la condena”.
Por eso, “exigimos el fin inmediato del asedio y el bloqueo de Gaza” y el establecimiento de un “boicot económico, cultural y académico total a Israel. ¡’Nunca más’ debe significar NUNCA MÁS PARA NADIE!”
“No podemos recordar nuestro sufrimiento sin reconocer el de Gaza”
El genocidio en marcha y el renovado intento de justificarlo con el cometido por los nazis, ha vuelto a agitar a los sobrevivientes.

Veronika Cohen, que nació hace 80 años en el gueto de Budapest, expresó esta conexión durante una protesta en Israel el Día de la Recordación del Holocausto en 2025. Frente a Yad Vashem, el Memorial del Holocausto en Jerusalén, declaró: “No creo que podamos recordar nuestro sufrimiento sin reconocer el sufrimiento de Gaza, las muertes de decenas de miles de niños, el hambre que ocurre en este momento, por lo que somos parcialmente responsables. Ocupa el mismo lugar en mi corazón”.
En Londres, Stephen Kapos, de 87 años y también sobreviviente del gueto de Budapest, ha participado activamente en marchas pro-palestinas. En abril de 2024, envió un mensaje a estudiantes estadounidenses que protestaban en universidades, instándolos a “no rendirse” y criticando al gobierno israelí por equiparar sus manifestaciones con universidades de la era nazi. "Es un insulto completo a la memoria del Holocausto", afirmó, subrayando que el judaísmo no debe confundirse con el sionismo, ya que esta confusión alimenta el antisemitismo.
Aryeh Neier, cuya familia escapó de Berlín cuando él tenía dos años, en 1939, y quien como activista social durante seis décadas fundó organizaciones de referencia como Estudiantes por una Sociedad Democrática (SDS), en los años 60, y después Human Rights Watch, solo una vez en su larga carrera había usado el término “genocidio” para describir un evento contemporáneo: el exterminio de kurdos lanzado por Saddam Hussein en el norte de Irak, en 1988.
Pasaron 36 años antes de que lo volviera a emplear, en un artículo en la revista The New York Review of Books, titulado “¿Está Israel cometiendo genocidio?” y publicado en mayo de 2024. A la respuesta, que fue “sí”, no había llegado de antemano: aunque consideró que la reacción israelí ante el ataque de Hamás del 7 de Octubre había ido “demasiado lejos”, solo concluyó que estaban cometiendo el mayor crimen despúes de meses de “grave obstrucción a la entrega de asistencia humanitaria” por parte de Israel, que llevaron a la hambruna en Gaza.
“El uso del término antisemitismo para atacar a quienes critican las políticas israelíes degrada el concepto de antisemitismo”, declaró en una entrevista televisiva. “El antisemitismo ha sido una gran lacra, pero no exime al gobierno israelí de estar sujeto a los mismos estándares que otros gobiernos del mundo”.
A esto siguió, en junio, una carta titulada “Diez sobrevivientes del Holocausto condenan el genocidio israelí en Gaza”, en la que denuncian que utilizar el Holocausto para justificar las acciones israelíes y reprimir las protestas estudiantiles en los campus universitarios es un completo insulto a la memoria del Holocausto.
Como sobrevivientes del Holocausto, no tenemos autoridad especial sobre Oriente Medio, pero sí conocemos el antisemitismo. Es simplemente erróneo afirmar que es antisemita oponerse al genocidio israelí. También es erróneo afirmar que reclamar la igualdad de derechos para judíos y árabes "desde el río hasta el mar" es antisemita.
Como sobrevivientes del Holocausto, somos sólo unos pocos individuos, pero queremos sumar nuestras voces al creciente movimiento global para exigir un alto el fuego permanente, la retirada israelí de Gaza y que Occidente deje de armar y apoyar el genocidio.
En Washington, Jane Hirschmann, hija de sobrevivientes del Holocausto, se unió a cientos de manifestantes en julio de 2024 para protestar contra la visita del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Como parte del grupo Jewish Voice for Peace, Hirschmann declaró: "Soy hija de sobrevivientes del Holocausto, y sé cómo es un Holocausto. Cuando decimos 'nunca más', significa 'nunca' para nadie".
El Holocausto no puede justificar otro genocidio
Ante las acusaciones que han lanzado organizaciones sionistas de que los críticos distorsionan la memoria del Holocausto, sobrevivientes como Kapos y organizaciones como Jewish Voice for Peace sostienen que su oposición no niega la singularidad de ese genocidio, sino que aplica sus lecciones éticas a una crisis contemporánea.
Su mensaje central es que el sufrimiento del Holocausto les impone una responsabilidad moral de hablar contra la injusticia, especialmente cuando se perpetúa en nombre de la seguridad judía. Mark Etkind, organizador de una red de "sobrevivientes del Holocausto y descendientes contra el genocidio en Gaza", ha coincidido que el principio de "nunca más" debe aplicarse a todos, sin excepción. En protestas en Londres, Etkind y otros han marchado junto a activistas pro-palestinos, llevando carteles que rezan "El nieto de un sobreviviente del Holocausto dice: Alto al Holocausto en Gaza" y “Esta sobreviviente del Holocausto dice ‘Alto al genocidio en Gaza’”.

Este llamado a la acción no solo busca detener la violencia en Gaza, sino también desafiar la complicidad internacional. Los sobrevivientes y descendientes critican el apoyo de gobiernos occidentales, particularmente de Estados Unidos, a las operaciones militares israelíes, que han exacerbado la crisis humanitaria en Gaza. La carta de 2014, por ejemplo, acusó a Washington de financiar la "máquina de guerra" de Israel, un punto que sigue siendo relevante en 2025 con el continuo suministro de armas y cobertura política, además de la represión sin cortapisas de las manifestaciones de disidencia.
Las voces de los sobrevivientes del Holocausto y sus descendientes reafirman que la memoria no debe ser un arma para justificar la violencia, sino un faro ético para prevenirla. Estas personas han transformado su dolor personal en un compromiso con la justicia universal. Sus protestas, cartas y declaraciones públicas desafían a la comunidad internacional a mirar de frente la tragedia en Gaza y a actuar para detener lo que muchos de ellos llaman un genocidio.
En un mundo donde el silencio a menudo perpetúa la injusticia, estas voces resuenan con una urgencia moral: "nunca más" no es solo un eslogan, sino un imperativo para proteger la humanidad de todas las personas. Mientras Gaza enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes, el legado de estos sobrevivientes nos recuerda que la empatía y la acción son las verdaderas lecciones del Holocausto.
Extra: Piers Morgan admite que se equivocó, pues sí estamos frente a un genocidio
El influyente presentador y periodista británico Piers Morgan es conocido por su estilo provocador y sus opiniones contundentes en temas políticos y sociales, con posturas de centro-derecha. Tiene una amplia audiencia en televisión y redes sociodigitales, lo que le permite moldear opiniones públicas, especialmente en temas como el palestino. Aunque a menudo ha sido criticado por adoptar narrativas proisraelíes y por su insistencia en que los invitados condenen a Hamás, también permite voces pro-palestinas.
Una de ellas es la del periodista Mehdi Hasan, quien desmanteló los argumentos del otro invitado, el proisraelí John Spencer, destacando las violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra. Fue entonces que Morgan admitió que ya no resistía las críticas al gobierno israelí y tuvo que reconocer que estaba equivocado al negar el genocidio en Gaza.
Esto marca un cambio significativo en el discurso público de Morgan, respondiendo a una creciente presión pública para reconocer la gravedad de la crisis. Es más que una posible evolución en su perspectiva, pues tiene implicaciones más amplias: al admitir este error, Morgan podría estar señalando un giro en la opinión de ciertos sectores mediáticos y políticos occidentales, otra de las grietas que se extienden en el monolito del apoyo incondicional a Israel.
Una más es la que se hizo visible este martes, la del hasta ahora inamovible en su apoyo a Israel gobierno de extrema derecha de Italia, que se unió a Alemania, Francia, Canadá y el Reino Unido para pedir a Israel que ponga fin a su ofensiva contra Gaza.
Según el diario Times of Israel, “los aliados aumentan la presión sobre Jerusalén para alcanzar un alto el fuego y proporcionar un aumento de ayuda humanitaria a los palestinos en Gaza”.
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