Informe de ONU: 63 países, cómplices de Israel en genocidio. Medios lo ocultan
Lo publicamos "en exclusiva"... porque lo silenciaron / Pide suspender a Israel de la ONU, rompimiento de relaciones, boicot, desinversión y sanciones
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Contenido:
* VIDEO: “Solamente vamos a matar gente”, dice Trump
* VIDEO: La CIJ halla a Israel en incumplimientos graves
Artículo principal:
Informe de la relatora especial de la ONU: 63 países, cómplices de Israel en genocidio. Los medios lo ocultan.
VIDEO: “Solamente vamos a matar gente”, dice Trump
VIDEO: La CIJ halla a Israel en incumplimientos graves
El 22 de octubre la Corte Internacional de Justicia emitió una importante Opinión Consultiva que, con una votación de 10 a 1, prefigura una mayoría a favor de declarar a Israel culpable de genocidio.
Mis comentarios en Rompeviento TV.
Mi nuevo informe ya salió.
Con sus acciones y omisiones, terceros Estados han permitido la opresión del pueblo palestino y su genocidio.
Esos Estados tienen la obligación de poner fin a su complicidad y hacer justicia. Y Nosotros, El Pueblo, tenemos que hacerlo realidad.
Francesca Albanese
Artículo principal:
Informe de la relatora especial de la ONU: 63 países, cómplices de Israel en genocidio. Los medios lo ocultan.
Por Témoris Grecko
Israel no perpetra el genocidio en Gaza en soledad: 63 países son sus cómplices. Es lo que Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los territorios palestinos ocupados, denomina en el título de su último informe a la Asamblea General, “un crimen colectivo”.
Pero poca gente está recibiendo la información. Parece increíble que, en una sociedad mediática multiforme y descentralizada, todavía sea posible acallar, silenciar, marginar u opacar una realidad tan grave como esta: hace 80 años el mundo gritó “nunca más” pero hoy, la tercera parte de los Estados miembros de la ONU se hizo parte del genocidio.
Y los medios optan por hacer como que no se enteran. Salvo unos pocos portales, ningún medio industrial lo publicó.
¿Cuánto dice eso de una responsabilidad global que hasta en algunos sectores críticos prefieren no reconocer, no ver, no escuchar, no mencionar?
Es perpetrado frente a nuestros ojos, transmitido en tiempo real, en muchos países que dan lecciones de libertades y derechos suprimen las libertades y los derechos de quienes protestan… pero para todos es más cómodo señalar a Israel como único responsable.
Y no lo es.
Panorama general: 63 países cómplices
El genocidio de Gaza es, ante todo, un “crimen colectivo” sostenido por la complicidad de “influyentes Terceros Estados” que han permitido violaciones sistémicas y de larga data del derecho internacional por parte de Israel.
Esto no es de hoy ni empezó el 7 de octubre de 2023.
La relatora especial identificó cuatro modalidades principales a través de las cuales se materializó esta facilitación:
Apoyo directo: Asistencia militar específica y técnica.
Ayuda material: Provisión de recursos esenciales, armas y tecnología.
Protección diplomática: Uso del poder de veto en foros internacionales y blindaje político contra cualquier intento de rendición de cuentas.
Participación activa: En casos concretos, mediante la inversión y el lucro directo con el conflicto.
El impacto de esta complicidad va más allá del conflicto inmediato. La falta de voluntad de los países para responsabilizar a Israel ha permitido que el régimen de ocupación ilegal se incruste de manera permanente en el territorio palestino.
Este fenómeno de complicidad internacional marca un punto de inflexión crítico en la gobernanza global y la aplicación uniforme del derecho, amenazando con el colapso de las normas internacionales de comportamiento.
Para ponerlo de otra forma, en mis palabras, no las de Albanese: las legislaciones y las instituciones tan lenta y prolongadamente construidas a partir de las lecciones aprendidas con sangre en la Segunda Guerra Mundial están siendo destruidas por los mismos países que encabezaron su construcción.
Estados Unidos: el gran facilitador
El informe identifica a Estados Unidos como el principal facilitador material y político de la dominación israelí. Es la fuente primaria de “ayuda militar, cooperación y transferencias de armas a gran escala”. Sin este apoyo material masivo, la escalada a genocidio no habría sido sostenible.
A nivel diplomático, la complicidad se manifestó en un soporte político incondicional, que incluyó la expresión inmediata de apoyo a la “autodefensa” y la repetición de narrativas deshumanizantes por parte de la Casa Blanca.
Unión Europea: el mayor mercado para armas probadas en palestinos
Los países miembros y asociados de la Unión Europea también son explícitamente nombrados como fuentes de “ayuda militar, cooperación y transferencias de armas a gran escala”.
Sin embargo, la responsabilidad europea se destaca especialmente por la vertiente económica: las exportaciones de armas israelíes a la Unión Europea se elevaron más del doble durante el periodo del genocidio, representando el 54% de todas las exportaciones militares israelíes en 2024.
Esto convierte a la UE en el mayor mercado para una industria militar que explícitamente promociona su tecnología como “probada en palestinos bajo ocupación”.
El genocidio es un negocio: esto es lo que el informe llama Economía del Genocidio, donde la rentabilidad del modelo militar-económico de Israel se incrementa directamente con la intensidad del conflicto. El aumento del 18% en el valor de las exportaciones de armas durante este periodo demuestra una relación causal entre el crimen y la ganancia. La complicidad europea y de otros socios comerciales se configura entonces como una inversión activa y estructural en este ciclo criminal.
A pesar de esta profunda complicidad, se observaron reacciones políticas tardías, como la propuesta de resolución del Parlamento Europeo de septiembre de 2025, que instaba a la suspensión inmediata del Acuerdo de Asociación UE-Israel por incumplimiento de las obligaciones de derechos humanos, y que no ha dado ningún resultado concreto.
Países del Acuerdo de Abraham: la traición árabe
Los países árabes signatarios de los Acuerdos de Abraham (Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos) también juegan un papel en la Economía del Genocidio. Estos países fueron un destino significativo para las exportaciones militares israelíes en 2024, absorbiendo el 12% del total.
El informe sugiere que estas iniciativas diplomáticas de normalización han debilitado la presión regional sobre Israel y, al integrar económicamente al Estado ocupante, han legitimado y sostenido el régimen de ocupación.
Las transnacionales también son cómplices
El informe extiende el análisis de la complicidad estatal a la responsabilidad de las entidades privadas, argumentando que las corporaciones transnacionales (CTN) son facilitadoras clave de la ocupación y el genocidio, obteniendo cuantiosos beneficios de estas actividades.
El informe critica la arquitectura legal global que, en lugar de regular, protege a quienes se lucran del crimen. Albanese señala la fragilidad de los instrumentos de soft law de la ONU, como los principios rectores sobre empresas y derechos humanos, que son insuficientes y se encuentran en desventaja ante el blindaje” legal proporcionado por los tratados comerciales y los acuerdos de protección de inversiones. Esta estructura legal prioriza el comercio sobre el derecho penal internacional.
Un ejemplo de esta disfunción normativa se ilustra con incidentes como la imposibilidad de autoridades judiciales nacionales (como una jueza en Barcelona) para bloquear cargamentos sospechosos (como el acero utilizado en la construcción de infraestructura de ocupación) a pesar de las demandas ciudadanas basadas en el derecho internacional. Esto demuestra cómo el derecho mercantil y la inversión extranjera directa han anulado la aplicación de las obligaciones humanitarias y penales.
Este desafío estructural a la gobernanza económica global implica que la lucha contra la impunidad no es solo una cuestión de política exterior, sino un imperativo de reorientación legal que debe subordinar los intereses comerciales a las obligaciones fundamentales del derecho penal internacional.
La relatora exige por tanto que se utilicen las leyes penales y civiles en diversas jurisdicciones para responsabilizar a las entidades corporativas y sus ejecutivos por su participación en violaciones de derechos humanos y crímenes internacionales.
También insta a la Corte Penal Internacional (CPI) y a los sistemas judiciales nacionales a investigar y procesar a los ejecutivos corporativos por su parte en la comisión de crímenes y el “lavado de los ingresos” obtenidos de ellos.
¿Qué tienen que hacer los Estados y los organismos internacionales?
El informe “Gaza Genocide: a collective crime” concluye que la rendición de cuentas es la única vía para evitar el colapso total del estado de derecho internacional. La relatora especial ha sido enfática en sus llamamientos a la comunidad internacional, pidiendo a todos los países que corten relaciones con Israel, argumentando que mantenerlas implica apoyar la presencia ilegal en los territorios ocupados.
Más allá de las persecuciones judiciales de individuos y corporaciones, Albanese exige que la comunidad internacional pague reparaciones al pueblo palestino.
La propuesta más significativa en este sentido es la adopción de un “impuesto sobre la riqueza del apartheid” (apartheid wealth tax). Esta medida, inspirada en el modelo post-apartheid de Sudáfrica, busca desmantelar la estructura financiera que ha permitido la opresión sistemática, asegurando que los bienes y riquezas generados por la ocupación ilegal y el lucro del conflicto sean redirigidos para la restauración, reconstrucción y el apoyo a la autodeterminación palestina.
Las recomendaciones se centran en el cese inmediato de la complicidad y el fortalecimiento de la ley internacional sobre el interés económico:
Suspensión de Acuerdos: Los Estados, especialmente la Unión Europea, deben proceder con la suspensión inmediata del acceso comercial preferencial y del Acuerdo de Asociación UE-Israel, como se ha considerado en el Parlamento Europeo.
Persecución Judicial: Es urgente que la Corte Internacional de Justicia, la Corte Penal Internacional y las jurisdicciones nacionales investiguen y persigan activamente los crímenes de genocidio, apartheid y agresión, incluyendo a aquellos ejecutivos corporativos que se benefician de ellos.
Fortalecimiento Normativo: La arquitectura internacional debe ser reorientada para que las obligaciones de derecho penal y humanitario prevalezcan sobre los acuerdos comerciales y la protección de inversiones, cerrando las lagunas legales que permiten la impunidad corporativa y estatal.
Segunda parte: Con más detalle, ¿quién hizo qué y qué se debe hacer?
En la mitad anterior de este texto quise brindar un panorama general del documento de Albanese, para facilitar la comprensión del contenido.
Ahora profundizaré en los detalles que presenta Albanese.
Genocidio bajo la apariencia de acciones diplomáticas y políticas.
El prolongado apoyo político y diplomático de países influyentes permitió a Israel iniciar y sostener su ataque contra el pueblo palestino. En los últimos dos años, una complicidad arraigada, caracterizada por manipulaciones narrativas y la reproducción de invenciones israelíes, silenció los urgentes llamados a la acción y oscureció la red de intereses políticos, financieros y militares en juego. La persistente inacción para abordar las atroces violaciones del derecho internacional por parte de Israel —que amenazan la paz y la seguridad internacionales— ha normalizado y profundizado las relaciones con este país, consolidando la opresión, la dominación y la supresión.
La mayoría de los líderes occidentales repitió las narrativas israelíes, con afirmaciones desmentidas como la de los “bebés decapitados”, y expresaron su apoyo a la “autodefensa” de Israel, injustificada según el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. También borraron las distinciones fundamentales entre combatientes y civiles. Los israelíes fueron retratados como “civiles” y “rehenes”, y los palestinos como “terroristas de Hamás”, objetivos “legítimos” o “colaterales”, “escudos humanos” o “prisioneros” legalmente detenidos.
De esta forma los países occidentales contribuyeron a justificar el genocidio contra los palestinos.
Incluso en medio de los llamamientos urgentes a un alto el fuego, abogaron únicamente por medidas humanitarias, “corredores”, “pausas” y “treguas”, eludiendo un alto el fuego permanente y asegurando la continuación de la violencia.
Los Estados volvieron a tratar la situación como una crisis humanitaria que debía gestionarse, en lugar de resolverse.
Estados Unidos utilizó su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU siete veces, controló las negociaciones del alto el fuego y proporcionó cobertura diplomática al genocidio israelí.
Estados Unidos no ha actuado solo. Abstenciones, retrasos, proyectos de resolución diluidos y una retórica simplista de “equilibrio” reforzaron la protección diplomática y la narrativa política que Israel necesitaba para continuar el genocidio.
Dicha diplomacia creó una ilusión de progreso, mientras que las acciones concretas se vieron obstaculizadas repetidamente.
La normalización de las relaciones con estados árabes a través de los Acuerdos de Abraham, negociados por Estados Unidos, también modificó los incentivos económicos. Estados influyentes de la región facilitaron rutas terrestres a Israel, evitando el Mar Rojo. Mientras Qatar y Egipto buscaban negociar acuerdos de alto el fuego, Qatar alberga la mayor base militar estadounidense en la región, y Egipto mantuvo importantes relaciones económicas y de seguridad con Israel, incluyendo el cierre del cruce de Rafah.
Israel es protegido de rendir cuentas en los tribunales internacionales así como en los foros mundiales, con instituciones que impiden su expulsión tanto de los deportes (por ejemplo, los Juegos Olímpicos de París, las eliminatorias del Mundial de la FIFA, la FIBA, la Copa Davis) como de los eventos culturales (Eurovisión, la Bienal de Venecia).
El 30 de septiembre de 2025, muchos Estados, entre ellos Egipto, Indonesia, Jordania, Pakistán, Qatar, Arabia Saudita, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos, respaldaron el “Plan Trump”, a pesar de su silencio sobre el fin de la ocupación, la garantía de rendición de cuentas, la impartición de justicia transicional y la imposición de un mecanismo temporal de gobernanza extranjera imperial para Gaza que socava aún más, en lugar de realizar, la autodeterminación palestina.
Lazos militares: suministro de los medios de destrucción
Si bien las resoluciones de la ONU han exigido embargos de armas a Israel desde 1976, muchos Estados han seguido suministrándole apoyo militar y transferencias de armas. Israel depende desproporcionadamente de las importaciones de armas. Estados Unidos, Alemania e Italia son los principales proveedores. Solo España y Eslovenia cancelaron contratos e impusieron embargos.
Desde octubre de 2023, Estados Unidos ha transferido 742 envíos de armas y municiones y ha aprobado decenas de miles de millones en nuevas ventas. También desplegó aviones militares, fuerzas especiales y drones de vigilancia en Israel.
Alemania es el segundo mayor exportador de armas a Israel durante el genocidio, con suministros que van desde fragatas hasta torpedos.
El Reino Unido también desempeña un papel clave en la colaboración militar con Israel, a pesar de la oposición interna. Desde sus bases en Chipre, habilitó una línea de suministro crucial de EE. UU. a Tel Aviv y realizó más de 600 misiones de vigilancia sobre Gaza durante el genocidio, compartiendo inteligencia con Israel. Los números y las duraciones de los vuelos, que a menudo coinciden con importantes operaciones israelíes, sugieren un conocimiento detallado y cooperación en la destrucción de Gaza, que se extiende más allá del “rescate de rehenes”.
Otros estados suministran piezas, componentes y armas a Israel a través de un sistema opaco que oculta las transferencias, incluidas las de “doble uso” y las indirectas. Entre octubre de 2023 y octubre de 2025, 26 Estados hicieron al menos 10 envíos de “armas y municiones” a Israel, siendo los más frecuentes China, Taiwán, India, Italia, Austria, España, Chequia, Rumanía y Francia.
El programa del caza de ataque furtivo F-35, clave para el asalto militar israelí en Gaza, involucra a 19 Estados: Australia, Bélgica, Canadá, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Grecia, Italia, Japón, Países Bajos, Noruega, Polonia, Corea del Sur, Rumanía, Singapur, Suiza, el Reino Unido y los Estados Unidos, que suministran componentes y piezas a Israel.
Los Estados han seguido otorgando licencias de exportación de armas a Israel y permiten la transferencia de armas a través de sus puertos y aeropuertos (por ejemplo, Italia, Países Bajos, Irlanda, Francia y Marruecos).
También apoyan al ejército israelí mediante alianzas militares y maniobras de defensa conjuntas. Desde 2015 e incluso en 2025, la Fuerza Aérea de Israel ha participado en el ejercicio INIOCHOS, junto con Grecia, Estados Unidos, Italia, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Francia, España, Montenegro, India, Eslovenia y Polonia.
En 2024-2025, Israel participó con 27 naciones en el mayor ejercicio mundial, liderado por AFRICOM (Comando África de Estados Unidos) y las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos. Los soldados israelíes reciben formación en el Real Colegio de Estudios de Defensa del Reino Unido.
Además, miles de ciudadanos de Estados Unidos, Rusia, Francia, Ucrania y el Reino Unido, entre otros, han servido en el ejército israelí desde octubre de 2023. Pocos han sido investigados y ninguno procesado por crímenes en Gaza.
Otros Estados también siguen comprando armas y tecnología militar israelíes. Además de ser un componente central de su economía (en 2024, las exportaciones de armas representaron el 23 % de las exportaciones israelíes, la segunda proporción más alta a nivel mundial), estas exportaciones también mejoran la capacidad de fabricación de armas israelí.
Un atractivo único de la tecnología militar israelí es que se prueba en palestinos bajo ocupación y actividades militares relacionadas.
El genocidio en curso ha permitido a Israel ampliar la gama de armas y sistemas de vigilancia probados en la población de Gaza. Como resultado, el valor de las exportaciones de armas aumentó un 18 % durante el genocidio y las exportaciones a la UE se duplicaron con creces y representaron el 54 % de las exportaciones militares israelíes en 2024. Otros destinos importantes incluyen Asia y el Pacífico (23 %) y los países árabes bajo los Acuerdos de Abraham (12 %).
Uso de la ayuda como arma: crear las condiciones de vida para el genocidio
Algunos Estados han facilitado la degradación de las condiciones de vida de la población de Gaza, incluso mediante su propia participación en la prestación de ayuda.
Ya antes del 7 de octubre, el bloqueo ilegal de Gaza impuesto por Israel y Egipto —con severas restricciones a la circulación de mercancías, incluso en lo que respecta a la ingesta calórica calculada— había hecho que el 80 % de la población dependiera de la ayuda.
Desde octubre de 2023, Israel ha convertido las restricciones existentes en un bloqueo total. Hasta enero de 2025, la ayuda se limitó a un promedio de 107 camiones por día, menos de un tercio de los niveles anteriores a 2023. En marzo de 2025, Israel reforzó aún más su asedio. Para agosto de 2025, la ONU declaró la hambruna en Gaza y al menos 461 personas murieron por causas relacionadas con la desnutrición.
La campaña genocida de Israel ha buscado deliberadamente destruir el sistema humanitario que sostiene a la población ocupada, mediante de:
(i) El bombardeo directo de almacenes de UNRWA, sitios de distribución de alimentos, escuelas y clínicas, matando a más de 370 personas;
(ii) Campañas de difamación contra UNRWA;
y (iii) la promoción de agencias pseudohumanitarias (como la Fundación Humanitaria de Gaza).
Cuando Israel alegó, sin pruebas, que el personal de UNRWA estuvo involucrado en los sucesos del 7 de octubre, 18 Estados suspendieron inmediatamente la financiación, respaldando acríticamente la narrativa israelí. A pesar de las investigaciones inconclusas, el personal acusado fue despedido y la mayoría de los donantes tardaron meses en reanudar sus contribuciones a UNRWA. Estados Unidos, su mayor donante, aprobó una ley para prohibir la financiación estadounidense. Cuando el parlamento israelí tomó la medida sin precedentes de ilegalizar las operaciones de UNRWA, solo algunos Estados actuaron solicitando una Opinión Consultiva de la CIJ.
En lugar de oponerse a esta catástrofe humanitaria provocada por el hombre, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Jordania y el Reino Unido, entre otros, lanzaron ayuda en paracaídas sobre Gaza, una respuesta costosa, inadecuada y peligrosa.
Si bien pretendían tomar medidas para aliviar la escasez, esto solo sirvió para engañar a la opinión pública internacional mientras la hambruna empeoraba.
Las misiones de ayuda naval a Gaza y los intentos de grupos de la sociedad civil de romper el asedio han sido interceptados ilegalmente por Israel en aguas internacionales, en medio del silencio y la inacción de terceros Estados.
En varios momentos cruciales, en lugar de adherirse a sus obligaciones legales, los terceros Estados han contribuido al deterioro de las condiciones de vida, implicándolos en el impacto devastador causado a la población civil en extrema necesidad.
Relaciones económicas y comerciales: el combustible y las ganancias del genocidio
Israel depende en gran medida del comercio internacional y la cooperación económica. Mantener relaciones comerciales normales a pesar de la ilegalidad de su ocupación y las violaciones sistemáticas de los derechos humanos y del derecho humanitario —que ahora han escalado hasta convertirse en genocidio— legitima y sostiene el régimen israelí de apartheid.
En 2024, el comercio internacional de bienes y servicios representó el 54 % del PIB israelí.
La UE, su principal socio comercial, aportó casi un tercio del comercio total durante los dos últimos años.
Las importaciones, más allá de las armas, son vitales para asegurar los bienes necesarios para sostener la ocupación ilegal y otras políticas y prácticas israelíes ilegales.
Muchas importaciones israelíes son bienes de doble uso, que pueden utilizarse en la producción de productos tanto civiles como militares. En 2024, estos bienes representaron el 31 % de las importaciones israelíes de mercancías procedentes de la Unión Europea.
Las exportaciones generaron a Israel 474 mil millones de dólares entre 2022 y 2024, lo que impulsó la economía y las arcas fiscales, y mejoró su capacidad de fabricación de armas mediante la exportación de artículos de doble uso.
En 2023, los circuitos integrados se convirtieron en el principal producto de exportación de Israel, representando el 16 % de las exportaciones israelíes de mercancías (10 mil millones de dólares). A menudo comercializados como tecnologías civiles, estos artículos de doble uso son esenciales para los sistemas militares israelíes que vigilan, controlan y matan a palestinos, lo que refuerza una simbiosis económica entre militares y civiles y el papel de Israel en la carrera armamentista tecnológica mundial. Las municiones guiadas de precisión, los drones y los sistemas de defensa antimisiles dependen de dichos circuitos especializados para la navegación, el radar y el control.
El comercio israelí se ve reforzado por al menos 45 acuerdos de cooperación económica, incluidos los celebrados con la UE, los EE. UU. y los EAU (que implementan los Acuerdos de Abraham). Estos acuerdos eliminan las barreras arancelarias y no arancelarias para los bienes y servicios de doble uso y de defensa, si bien a menudo no distinguen entre los tratos con los territorios palestinos y reconocen implícitamente la autoridad israelí sobre las colonias ilegales, sus negocios y las tierras anexadas.
La cooperación económica también se extiende más allá del comercio. Desde 2014, el Marco de Investigación e Innovación de la Comisión Europea (desde 2021, Horizonte Europa) ha proporcionado 2,100 millones de euros en subvenciones a entidades israelíes en ciencia, tecnología e innovación, muchas de ellas desarrollando tecnologías militares y de doble uso.
El Consejo Europeo de Innovación del programa también ha financiado a 34 empresas israelíes con 550 millones de euros de capital y financiación combinada desde 2021, lo que convierte a Israel en uno de los mayores beneficiarios per cápita.
Desde 1981, el Banco Europeo de Inversiones ha financiado a entidades israelíes con 2.700 millones de euros.
Conclusión
El genocidio en Gaza no se cometió de forma aislada, sino como parte de un sistema de complicidad global. En lugar de garantizar que Israel respete los derechos humanos fundamentales y la autodeterminación del pueblo palestino, poderosos terceros Estados —que perpetúan prácticas coloniales y racial-capitalistas que deberían haber quedado relegadas a la historia— permitieron que las prácticas violentas se convirtieran en una realidad cotidiana. Incluso cuando la violencia genocida se hizo visible, los Estados, principalmente occidentales, brindaron y continúan brindando a Israel apoyo militar, diplomático, económico e ideológico, incluso mientras este utilizaba la hambruna y la ayuda humanitaria como arma. Los horrores de los últimos dos años no son una aberración, sino la culminación de una larga historia de complicidad.
Los actos, omisiones y discursos de terceros Estados en apoyo de un Estado genocida de apartheid son tales que podrían y deberían ser considerados responsables de ayudar, asistir o participar conjuntamente en actos internacionalmente ilícitos, en un contexto de violaciones sistemáticas de las normas imperativas y erga omnes. En esta coyuntura crítica, es imperativo que los terceros Estados suspendan y revisen inmediatamente todas las relaciones militares, diplomáticas y económicas con Israel, ya que cualquier involucramiento de ese tipo podría representar un medio para ayudar/asistir/participar directamente en actos ilegales, incluidos crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio.
Muchos terceros Estados han actuado con la misma impunidad que le han otorgado a Israel. Su desprecio por el derecho internacional socava los cimientos del orden multilateral construido con tanto esfuerzo durante ocho décadas por Estados y personas en el seno de las Naciones Unidas. Esto quedará grabado en la historia como una ofensa no solo a la justicia, sino a la idea misma de nuestra humanidad común. Si bien la justicia debe implicar juicios penales, ya sea en tribunales internacionales o nacionales, la rendición de cuentas se extiende más allá de los enjuiciamientos, incluyendo reparaciones: restitución, compensación, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición, por parte de Israel y de terceros Estados que han apoyado sus crímenes. Las estructuras de poder que permitieron estos crímenes atroces deben ser desmanteladas, y el sistema de justicia internacional muestra el camino para hacerlo.
El mundo observa a Gaza y a toda Palestina. Los Estados deben asumir sus responsabilidades. Solo mediante el cumplimiento del derecho del pueblo palestino a la autodeterminación, tan descaradamente violado por el genocidio en curso, se pueden desmantelar las persistentes estructuras coercitivas globales. Ningún Estado puede afirmar creíblemente su adhesión al derecho internacional mientras arma, apoya o protege a un régimen genocida. Todo apoyo militar y político debe suspenderse; la diplomacia debe servir para prevenir los crímenes en lugar de justificarlos. La complicidad en el genocidio debe terminar.
Recomendaciones
Recordando sus recomendaciones anteriores, la relatora especial recuerda a todos los Estados su obligación jurídica de no participar ni ser cómplices de las violaciones israelíes y, en su lugar, prevenir y abordar las graves infracciones del derecho internacional, en particular las establecidas en la Carta de las Naciones Unidas y la Convención sobre el Genocidio.
Dada la persistente emergencia que no se aborda en los actuales debates y planes de “paz”, la relatora especial insta a los Estados a que no causen más daño al pueblo palestino y a que:
a) Ejerzan presión para lograr un alto el fuego completo y permanente y la retirada total de las tropas israelíes;
b) Adopten medidas inmediatas para poner fin al asedio en Gaza, incluido el despliegue de convoyes navales y terrestres para garantizar el acceso humanitario seguro y viviendas móviles antes del invierno;
c) Apoyen la reapertura del aeropuerto y el puerto internacionales de Gaza para facilitar la entrega de ayuda.
Más allá de la emergencia, los Estados deben reconocer la autodeterminación y la justicia palestinas como esenciales para una paz y seguridad duraderas y, por lo tanto:
a) Suspender todas las relaciones militares, comerciales y diplomáticas con Israel;
(b) Investigar y procesar a todos los funcionarios, empresas y personas involucradas en, o facilitando, genocidio, incitación, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra y otras violaciones graves del derecho internacional humanitario;
(c) Asegurar reparaciones, incluyendo la reconstrucción completa y el retorno;
(d) Cooperar plenamente con la Corte Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia;
(e) Reafirmar y fortalecer el apoyo a UNRWA y al sistema de la ONU en su conjunto;
(f) Suspender a Israel de las Naciones Unidas en virtud del Artículo 6 de la Carta de la ONU;
(g) Actuar bajo “Unidos por la Paz”, en consonancia con la resolución 377(V) de la Asamblea General, para asegurar que Israel desmantele su ocupación.
La relatora especial también insta a los sindicatos, abogados, sociedad civil y ciudadanos comunes a monitorear las acciones de los Estados en respuesta a estas recomendaciones y a continuar presionando a las instituciones, gobiernos y empresas para que realicen boicots, desinversiones e impongan sanciones, hasta el fin de la ocupación ilegal israelí y los crímenes conexos.
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Hola, ¿sabes si alguna organización de derechos humanos o si algún reporter@ mexican@ está llevando la cuenta de los soldados con doble nacionalidad México/Israel que han participado en el genocidio en Gaza? ¿Sabes de alguna organización que esté exigiendo al gobierno de México enjuiciar aquí a los presuntos criminales? Si sí, me puedes dirigir a ellos?
Muchas gracias,
Tatiana