Unilever, Bimbo, Alsea: critican Casa de los Famosos, apoyan apartheid en Palestina

Anuncian el retiro de publicidad del reality show por violencia / Callan ante el genocidio en Gaza

sep 06, 2024

Desde el 2 de septiembre, está disponible el primer episodio, “Tres grandes mentiras”, de nuestra serie de pódcasts “Ayotzinapa 10 años. Sin justicia ni verdad”.

El 10 de octubre estrenamos el largometraje documental “Este arte que abraza”.

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Mientras la población de Gaza está sujeta a exterminio y la de Cisjordania, a la destrucción de sus aldeas para ser encerrada en bantustanes (ver nota al final), en países como México gran parte del público está pendiente de lo que ocurre en reality shows como “La Casa de los Famosos”.

Esta semana, ocurrió algo insólito: una serie de casos de violencia machista entre los participantes provocó un escándalo que motivó a varias grandes empresas, como Unilever (Rexona, Helados Holanda y Knorr), Bimbo y Alsea (Domino’s Pizza, Vips), a anunciar el retiro de su publicidad porque, aseguró la primera en un comunicado, “creemos firmemente que todos debemos ser tratados con dignidad, honestidad y respeto” y “desaprobamos cualquier tipo de agresión, violencia o acto denigrante hacia cualquier persona e instamos a promover el respeto y la dignidad”.

La cadena Televisa respondió expulsando a un personaje de la casa.

Lo mismo que hacen los israelíes con los palestinos, aunque no sean infractores de nada: los expulsan de sus casas, los secuestran, torturan, violan, desaparecen y asesinan, y roban sus tierras, sin que las corporaciones comerciales que operan en los territorios ocupados o en el Estado de Israel tomen medidas de protesta o al menos de deslinde.

La excepción fue una compañía que vende helados, Ben & Jerry’s. En 2021, su comité ejecutivo anunció su decisión de dejar de vender en los territorios palestinos bajo “ocupación ilegal reconocida internacionalmente”, es decir, en Jerusalén Este y en las colonias israelíes en Cisjordania.

**Cartel que celebra que “Ben & Jerry’s suspenden sus ventas en Palestina ocupada”.**

Los lobbies sionistas en Estados Unidos, como el Simon Wiesenthal Center, respondieron con una campaña de difamación contra la nevería, contra la que arrojaron la novedosa acusación de vender “helados antisemitas”.

Ben and Jerry’s no era independiente. En 2001, fue adquirida por una conocida multinacional. Pero con una condición: Ben & Jerry’s mantendría un comité ejecutivo propio, precisamente para proteger su “misión social”. Así ha sostenido posturas a favor de los derechos LGBTQ+ y de la lucha contra la crisis climática.

En este caso, sin embargo, los intereses que afectó elevaron la mira hacia la multinacional poseedora de la marca, que es nada menos que Unilever. La misma que amenazó a Televisa por las majaderías de su empleado Adrián Marcelo. Dynamic Funds (una subdivisión de inversiones de Scotia Bank, manejada por David Fingold), y políticos promovieron desinversiones masivas en acciones de Unilever.

A pesar de las quejas del comité de Ben & Jerry’s, que fracasó al tratar de defenderse en tribunales, el año siguiente Unilever vendió la rama israelí de la heladería a empresarios israelíes. Y declaró: "Seguimos totalmente comprometidos con nuestra presencia en Israel, donde hemos invertido en nuestra gente, marcas y negocios durante varias décadas".

Ahí no valieron sus principios de “dignidad, honestidad y respeto”, ni su rechazo a ” cualquier tipo de agresión, violencia o acto denigrante”. No cuando se trata de palestinos.

En enero de 2024, Ben & Jerry’s emitió un comunicado para pedir un “cese al fuego inmediato y permanente” en Gaza. Anuradha Mittal, quien encabeza su comité ejecutivo, declaró que “promover la paz ha sido parte integral del AFN de Ben & Jerry’s por cuatro décadas”. Al Financial Times, le dijo que “es alucinante que haya millones de personas manifestándose en todo el mundo pero el mundo corporativo ha estado en silencio”. De nuevo, los lobbies judíos organizaron campañas de ataques contra Mittal y la heladería, actualmente en marcha.

**Soldados israelíes reprimen una protesta contra la expansión de asesntamientos israelíes ilegales en Salfit, Cisjordania. Foto: Majdi Mohammed**

Bimbo y Domino’s Pizza en Israel

El Grupo Bimbo, que también rechazó la violencia en la casa citada, estableció un equipo en Israel en 2016 con el objetivo de propiciar negocios en ese país. En 2021, adquirió la empresa israelí Eatsane y, según la web Enlace Judío, “busca realizar inversiones en más startups israelíes involucradas en la innovación ligadas a este sector del mercado alimenticio”.

El ya fallecido patriarca de Bimbo, Lorenzo Servitje, fue un fiero promotor de valores ultraconservadores y de persecución contra posturas progresistas, como cuando castigó al Canal 40, facilitando su destrucción y absorción por Ricardo Salinas Pliego, por haber realizado un reportaje sobre los abusos sexuales cometidos por el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel.

La empresa Alsea también anunció el retiro de la publicidad de sus restaurantes Domino’s Pizza y Vips de La Casa de los Famosos, porque sus valores son “el respeto y el bienestar de todas las personas”. Pero tanto Domino’s Pizza como Burger King, que también maneja Alsea en México, son franquicias denunciadas por sus operaciones en los territorios palestinos ocupados.

La campaña BDS (boicot, desinversión, sanciones) mantiene a Unilever con sus distintas marcas, así como a Domino’s Pizza y Burger King, en la lista de empresas sujetas a boicot por beneficiarse de la ocupación de Palestina.

Unilever, Bimbo y Alsea difícilmente pueden tener autoridad para criticar los abusos de La Casa de los Famosos mientras apoyan la ocupación de Palestina y mantienen el silencio ante un genocidio en marcha. Es un ejemplo de relaciones públicas a partir del cinismo de la doble moral.

*Nota: En una de sus etapas, el régimen racista del apartheid en Sudáfrica creó los que fueron conocidos como bantustanes, bolsones de población negra falsamente independientes. Como eran supuestas “naciones”, los habitantes eran considerados “extranjeros” en el resto del país, y los abusos parecían así “legales”. En Cisjordania, la expulsión de personas de las áreas rurales pretende encerrarlas en los centros urbanos, también a manera de bolsones circundados por brazos de la ocupación israelí.

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