“Me niego a participar en una guerra de venganza”
Tal Mitnick, un adolescente israelí que rechaza el servicio militar, es encarcelado / Se opone a "la ocupación y la masacre que está ocurriendo en Gaza".
(Foto: Oren Ziv)
Desde 1996, Israel se ha envuelto en una carrera hacia la extrema derecha. Los nuevos gobiernos sorprenden por superar la radicalidad del que ya había sorprendido antes. El propio Benjamín Netanyahu tiene problemas para competir con los discursos fascistas de ministros y aliados como Itamar Ben Gvir (Seguridad) y Bezalel Smotrich (Finanzas y control de Cisjordania).
La lógica de la ocupación y la violencia tiene mucho que ver en esto. Pero también que la formación emocional e intelectual de la población israelí, en el momento clave del paso de la adolescencia a la etapa adulta, está en manos nada menos que del Ejército.
En principio, todas las personas con ciudadanía tienen que cumplir un largo servicio militar con acuartelamiento, manejo de armas y técnicas para matar con las manos y con instrumentos, y muchas veces con experiencia de combate. Son tres años para los hombres y dos para las mujeres. Que a los 18, 19 o 20 se ven tanto bajo la exigencia de disparar a muerte y como con el riesgo verdadero de morir.
Para la sociedad israelí, que hayan servido es fundamental para reconocer a sus miembros como personas de valía, es el principal acto patriótico. Los lazos que se establecen con los compañeros de unidad, se mantienen toda la vida. Cuando están en la reserva, se vuelven a unir al ser llamados a entrenamientos o a ir a la guerra, como ocurre ahora en Gaza.
Desagrada la disidencia, por ejemplo, de quienes hablan de los errores y abusos del servicio militar, de los crímenes que fueron obligados a cometer, como el grupo de veteranos “Rompiendo el Silencio”.
Y la de los objetores de conciencia, jóvenes como los de la red Mesarvot que, bajo el lema “rehusándonos a servir a la ocupación”, rechazan hacer el servicio militar, están organizados y dispuestos a aceptar las consecuencias, como pasar largas temporadas en prisión bajo sentencias sucesivas de 30 días.
Este es el mensaje de Sofi Orr, una integrante de Mesarvot que a punto de llegar a la edad de conscripción, grabó este 4 de enero:
Yo creo que, en todo el mundo, los israelíes son los que menos saben sobre lo que está pasando en Gaza.
Los medios en Israel no muestran el daño a los civiles, la muerte y la destrucción, y el ejército trata de presentarse todo el tiempo como el ejército más moral del mundo.
Lo puedes ver en redes sociales porque hay soldados israelíes que comparten videos horribles.
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La sociedad sanciona a quienes desobedecen los mandamientos militares. El castigo no es solo judicial. Hay represalias en la escuela, en el trabajo, entre los amigos y con frecuencia hasta en la familia. Y si hay que señalar una ocasión en la historia en la que la exigencia ha sido más drástica, es esta guerra, a partir del trauma sufrido con la brutal ofensiva de Hamás del 7 de octubre. A los soldados en activo, se sumaron 300 mil personas en la reserva que fueron movilizadas. Incluso los que viven o visitaban otros países, fueron transportados a Israel sin dar lugar a pretextos ni justificaciones.
El 26 de diciembre, Tal Mitnick, de 18 años, fue el primero en rechazar el llamado al servicio militar obligatorio y fue trasladado de inmediato a la prisión militar de Neve Tzedek, cerca de la ciudad de Netanya, para cumplir una primera condena de 30 días. Al salir, se le exigirá volver a presentarse en el centro de reclutamiento y, si insiste en desobedecer, recibirá una nueva sentencia. Otros objetores de conciencia han pasado 110 días y más en la cárcel.
Portada de la cuenta de X de Tal Mitnick.
Antes de su encarcelamiento, Tal publicó una declaración argumentando que “el 7 de octubre, la sociedad israelí experimentó un trauma como no se había conocido en la historia del país. Después del ataque terrorista, comenzó una campaña de venganza no sólo contra Hamás, sino contra todo el pueblo palestino. Continuar este ciclo: ‘ojo por ojo’ sin pensar en una solución real que nos proporcione seguridad y libertad a todos, sólo conduce a más muertes y sufrimiento. Me niego a participar en una guerra de venganza".
Y concluye que “debe establecerse una alternativa, una alternativa a Hamás y una alternativa a la sociedad militarista en la que vivimos. Este cambio se producirá cuando reconozcamos el sufrimiento del pueblo palestino a lo largo de los años, y que es el resultado de la intervención israelí. No quiero participar en la continuación de la opresión y en la continuación del ciclo de derramamiento de sangre, sino trabajar directamente por una solución, y por eso me niego”.
En una entrevista con el portal israelí +972, que se puede leer aquí, dijo: “Mi negativa es un intento de influir en la sociedad israelí y de evitar participar en la ocupación y la masacre que está ocurriendo en Gaza. Intento decir que no en mi nombre. Expreso solidaridad con los inocentes en Gaza. Sé que quieren vivir; no merecen ser refugiados por segunda vez en sus vidas”.
El 3 de enero, Tal publicó la primera de una serie de cartas que escribe en su celda.
Durante la guerra de venganza que está cobrando la vida de miles de personas, estoy aquí en la cárcel, cumpliendo mi primera sentencia de 30 días.
Entre los ejercicios, las interminables paradas y la vigilancia, tengo mucho tiempo conmigo mismo.
En los 7 minutos de llamadas telefónicas al día, escucho de familiares y amigos sobre el gran apoyo que recibo del exterior, y eso realmente me conmueve.
A pesar de que los comandantes y el sistema militar controlan cuándo como, me levanto, me siento y duermo, lo que me mantiene fuerte es saber que lo que no pueden controlar es lo que pienso.
Siempre estoy con una sonrisa en la cara y de buen humor, a pesar de la situación opresiva. No dejaré que me rompan.
Mientras mi cuerpo está aprisionado detrás de alambres de púas y rejas, mi alma está más libre que nunca.
Amor,
Tal 💜
Quien desee enviarle cartas o apoyar la red @Mesarvot_, puede visitar el árbol de ligas de Mesarvot.
¡Muchas gracias por acompañarme hasta el final!
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