Cobertura Palestina-Israel 7 de octubre de 2023
Desde CDMX. La sorpresa, los contendientes, los civiles.
Abrimos este nuevo proyecto recuperando textos e imágenes de nuestra reciente cobertura del conflicto, primero desde Ciudad de México y después, desde Israel y Palestina.
A continuación, nuestras primeras reacciones en la terrible mañana del sábado 7 de octubre, cuando empezaban a llegar las noticias del ataque sorpresa de las milicias Hamás y Yijad Islámica.
Los civiles pagarán los daños
En esta nueva guerra, hay dos combatientes, Hamás y milicias aliadas, e Israel. No es una guerra de los palestinos ni de los gazatíes. Es de Hamás. Y habrá numerosas víctimas civiles, la mayoría palestinas, y también israelíes.
No es una guerra de liberación de Palestina. Esto debe quedar muy claro. Los partidos de la Organización para la Liberación de Palestina, que fundó Yasir Arafat, son enemigos mortales de Hamás.
Porque Hamás es una milicia de fanáticos religiosos que ha impuesto una dictadura sangrienta sobre la gente de Gaza, a la que nunca le preguntó si estaba de acuerdo en iniciar esta ofensiva y que es la que va a sufrir las consecuencias.
Cuando cubrí la guerra de 2014, dentro de Gaza, la propaganda israelí nos denunciaba porque no mostrábamos a los hombres de Hamás lanzando cohetes. Sabían que era una acusación falsa porque en realidad no los podíamos ver. Hamás construyó una extensa red subterránea con cuarteles y dormitorios. Desde ahí combate. Los drones israelíes tienen dominio completo de los cielos y si localizan a alguien de Hamás, lo fulminan. Nosotros usábamos chalecos azules que decían PRENSA para que no nos confundieran.
Los civiles son los que permanecen en la superficie y reciben el impacto de los bombardeos israelíes. Civiles que no votan, solo son forzados a acatar las decisiones de los líderes islamistas.
Por ahora, no están claros los objetivos inmediatos de la guerra que inició Hamás. Tiene un nivel de planeación y ejecución que nunca se había visto. Y sorprendieron a los israelíes. Esto hace suponer que siguen un plan con metas concretas que creen que pueden alcanzar.
Pero en ningún caso, el bienestar de la población gazatí es prioridad para Hamás. Su sueño es la imposición de su dictadura religiosa en toda la región.
Israel está respondiendo con todo. En 2014, en 15 días había ejecutado la eliminación de todos sus objetivos militares. Y pasó los siguientes 40 días destruyendo infraestructuras civiles, incluyendo edificios habitacionales y escuelas de la ONU habilitadas como refugios, porque no podían mostrar debilidad aflojando el ritmo de sus ataques. El costo para la gente fue enorme.
Ahora, Netanyahu y los generales fueron afrentados por una ofensiva que no pudieron prever, a pesar de toda su tecnología y de sus espías (qué humillación para la arrogancia criminal del Mossad) . Hacía décadas que no les infligían tanto daño. Se van a vengar.
Puede ser que Hamás esté calculando que la toma de rehenes va a forzar unas negociaciones en las que tenga ventaja. Quién sabe. Si en 2011 Israel intercambió al soldado Gilad Shalit por 1027 prisioneros palestinos, ahora necesitará restaurar su imagen de superioridad absoluta, el sentido de seguridad de su población y el prestigio del gobierno ultraderechista de Netanyahu, ya muy cuestionado por su propia ciudadanía.
La sorpresa que dio Hamás
Es impresionante la ofensiva de Hamás por su secrecía, su ambición, su ejecución y sus alcances. Sin duda, le va a servir para ganar la batalla de popularidad entre los palestinos, que perderán los partidos laicos de la Organización para la Liberación de Palestina. Punto para los fanáticos.
El gobierno de Netanyahu, los militares y el Mossad son responsables por su arrogancia. Los tomaron por sorpresa y los humillaron. Pero el primer ministro, que enfrentaba una poderosa rebelión cívica, tratará de usar la situación para exigir unidad sin disidencias y fortalecer su gabinete de ultra-ultraderecha.
En principio, esta guerra debería demostrar que Israel no puede seguir apostando a que el costo de la indefinida prolongación del conflicto lo pague solamente la población palestina, y que necesitan hallar una solución aceptable para ambas partes, definitiva.
Por ahora, sin embargo, los halcones llevan mano y harán todo lo que puedan para vengarse mediante el aplastamiento de la población gazatí. El golpe recibido despertó antiguos traumas y el sentido de amenaza existencial: pese al alto costo humano que pagarán, Netanyahu podría incluso convencer a la sociedad israelí de que hace falta invadir Gaza y restablecer la ocupación.
El terrorismo, estrategia de mutua destrucción
El secuestro y el asesinato de civiles es un crimen de guerra. Hamás vuelve a demostrar su vocación terrorista. Pero el gobierno de Netanyahu no tiene autoridad moral para denunciarlo, cuando por décadas, sistemáticamente, ha secuestrado y asesinado a civiles palestinos, incluyendo a mujeres y niños. No puede pretender que solo uno de los bandos en pugna tiene legitimidad para actuar contra la población civil: su gabinete y sus corporaciones de seguridad también son entidades terroristas.
Descarrilar el colaboracionismo árabe
La sorprendente ofensiva de Hamás también tiene un importante impacto internacional, devolviéndole centralidad a la causa palestina, que las monarquías árabes han intentado dejar en la irrelevancia.
El restablecimiento de relaciones diplomáticas con Israel, que ya habían efectuado Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos, y que está cerca de hacer Saudi, solo puede avanzar si la opinión pública de cada país deja de lado el problema de la ocupación de los territorios palestinos.
La movilización inicial de Hamás tuvo un éxito abrumador, más allá de lo que cualquiera hubiera sospechado, y le dará una categoría heroica a Hamás en el imaginario de la umma (la comunidad islámica).
La respuesta israelí será fatal, con un costo en vidas humanas y sufrimiento inmensos, reforzando la indignación en el público musulmán.
A los reyes y emires les será mucho más difícil justificar sus tratos con Israel, y serán juzgados con dureza.