Cobertura Palestina-Israel. 10 de octubre de 2023.
Desde CDMX. "Palestinos telegénicamente muertos".
"𝐏𝐚𝐥𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨𝐬 𝐭𝐞𝐥𝐞𝐠𝐞́𝐧𝐢𝐜𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐦𝐮𝐞𝐫𝐭𝐨𝐬": 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐜𝐨𝐦𝐨𝐝𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐍𝐞𝐭𝐚𝐧𝐲𝐚𝐡𝐮
El primer ministro israelí Netanyahu no exageró al describir la ofensiva de Hamás, que avanzó "asesinando a familias en sus hogares, masacrando a cientos de jóvenes en un festival, secuestrando a muchas mujeres, niños y personas mayores".
Pero no dijo nada sobre las familias, los jóvenes, las mujeres, los niños y las personas mayores, todas inocentes y ajenas a la guerra, que han sido y están siendo eliminadas en este mismo momento por su ejército, algunas evaporadas por poderosas bombas en grandes edificios, otras atrapadas en derrumbes y muriendo poco a poco de dolor y sed, sin que existan medios para llegar a ellas y rescatarlas.
𝐒𝐮𝐬 𝐝𝐞𝐜𝐥𝐚𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐬𝐨𝐧 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐇𝐚𝐦𝐚́𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐬𝐮 𝐠𝐮𝐞𝐫𝐫𝐚 𝐞𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐢𝐨𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐦𝐚𝐬𝐢𝐯𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐝𝐨𝐬 𝐦𝐢𝐥𝐥𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐲 𝐦𝐞𝐝𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐞𝐧𝐜𝐞𝐫𝐫𝐚𝐝𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐟𝐫𝐚𝐧𝐣𝐚 𝐝𝐞 𝐆𝐚𝐳𝐚, a las que decidieron negarles todo acceso a comida, electricidad y combustible, en una combinación de muertes veloces con otras muy lentas.
Hamás tiene como rehenes a alrededor de 150 personas inocentes, entre israelíes y extranjeros.
Netanyahu tiene a dos millones y medio de civiles palestinos.
El líder israelí se muestra indignado y adolorido por el horror infligido a unos.
Pero el horror infligido por sus tropas a muchísimos más le parece irrelevante... de hecho, incómodo, molesto.
En la guerra de 2014, descalificó las imágenes de niños destrozados que los periodistas extranjeros publicábamos desde Gaza, llamándolos "palestinos telegénicamente muertos".
𝐓𝐞𝐥𝐞𝐠𝐞́𝐧𝐢𝐜𝐨 𝐬𝐢𝐠𝐧𝐢𝐟𝐢𝐜𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐮𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐯𝐞 𝐛𝐢𝐞𝐧 𝐞𝐧 𝐭𝐞𝐥𝐞𝐯𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧. 𝐂𝐨𝐦𝐨 𝐬𝐢 𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐥𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨𝐬 𝐬𝐞 𝐡𝐢𝐜𝐢𝐞𝐫𝐚𝐧 𝐦𝐚𝐭𝐚𝐫 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐟𝐚𝐬𝐭𝐢𝐝𝐢𝐚𝐫 𝐚𝐥 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐦𝐢𝐧𝐢𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐢𝐞́𝐧𝐝𝐨𝐬𝐞𝐥𝐞 𝐞𝐧 𝐬𝐮 𝐩𝐚𝐧𝐭𝐚𝐥𝐥𝐚.
Esa es la medida en que verdaderamente le importan las vidas humanas.
Los palestinos de Gaza están sometidos a una dictadura, la de Hamás. 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞 𝐥𝐞𝐬 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐨́ 𝐬𝐢 𝐪𝐮𝐞𝐫𝐢́𝐚𝐧 𝐢𝐫 𝐚 𝐥𝐚 𝐠𝐮𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐧𝐢 𝐭𝐚𝐦𝐩𝐨𝐜𝐨 𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐎𝐫𝐠𝐚𝐧𝐢𝐳𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐥𝐚 𝐋𝐢𝐛𝐞𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐏𝐚𝐥𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐚, que aunque no pueden condenar la ofensiva de Hamás porque los acusarían de traidores, tampoco la apoyan ni están disparando contra los israelíes porque 𝐬𝐮 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐞́𝐬 𝐞𝐬 𝐞𝐯𝐢𝐭𝐚𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐠𝐮𝐞𝐫𝐫𝐚 𝐬𝐞 𝐞𝐱𝐩𝐚𝐧𝐝𝐚 𝐚 𝐂𝐢𝐬𝐣𝐨𝐫𝐝𝐚𝐧𝐢𝐚. Y Hamás no le va a preguntar a nadie qué y cómo negociar un cese al fuego, 𝐩𝐮𝐞𝐬 𝐞𝐬 𝐬𝐮 𝐠𝐮𝐞𝐫𝐫𝐚.
Igualmente, Netanyahu está exigiéndole incondicionalidad a la oposición israelí -que sostenía inmensas manifestaciones contra su reforma judicial-, que se someta a sus decisiones a pesar de su fracaso histórico al no prevenir esta ola de ataques.
Y su venganza no conoce derechos humanos, legalidad internacional ni algún tipo de límite o piedad.
𝐋𝐨𝐬 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝𝐞𝐫𝐨𝐬 𝐞𝐧𝐞𝐦𝐢𝐠𝐨𝐬 𝐬𝐨𝐧 𝐞𝐥 𝐠𝐨𝐛𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐟𝐚𝐧𝐚́𝐭𝐢𝐜𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐍𝐞𝐭𝐚𝐧𝐲𝐚𝐡𝐮 -𝐞𝐥 𝐦𝐚́𝐬 𝐮𝐥𝐭𝐫𝐚𝐝𝐞𝐫𝐞𝐜𝐡𝐢𝐬𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐈𝐬𝐫𝐚𝐞𝐥- 𝐲 𝐥𝐨𝐬 𝐟𝐚𝐧𝐚́𝐭𝐢𝐜𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐇𝐚𝐦𝐚́𝐬.
En medio está la población civil de Israel, de Cisjordania y sobre todo de Gaza.
𝐀𝐩𝐨𝐲𝐚𝐫 𝐚𝐥 𝐠𝐨𝐛𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐈𝐬𝐫𝐚𝐞𝐥 𝐨 𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐚𝐧𝐝𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐇𝐚𝐦𝐚́𝐬 𝐞𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐧𝐮𝐧𝐜𝐢𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐚 𝐟𝐚𝐯𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐚𝐬𝐞𝐬𝐢𝐧𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐦𝐚𝐬𝐚𝐬.
𝐋𝐚 𝐬𝐨𝐥𝐢𝐝𝐚𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐢𝐫𝐢𝐠𝐢𝐫𝐬𝐞 𝐚 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐬𝐮𝐟𝐫𝐞𝐧 𝐬𝐮𝐬 𝐭𝐞𝐫𝐫𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬, 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐠𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐮́𝐧.
¿𝐏𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞́ 𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫𝐢𝐳𝐚𝐫 𝐚 𝐥𝐚 𝐩𝐨𝐛𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐢𝐬𝐫𝐚𝐞𝐥𝐢́ 𝐬𝐢́ 𝐞𝐬 𝐭𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐲 𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫𝐢𝐳𝐚𝐫 𝐚 𝐥𝐚 𝐩𝐨𝐛𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐩𝐚𝐥𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐚, 𝐧𝐨?
La neutralidad de México es apoyo al terrorismo, dice la embajadora de Israel mientras su fuerza aérea destruye edificios habitacionales completos, asesina a familias palestinas enteras e impide que 2 millones y medio de personas tengan alimento, electricidad y combustible.
La ofensiva de Hamás ha sido bárbara, ofensiva e inhumana. No hay duda de eso. Pero igual ha sido la violencia sistémica impuesta por Israel sobre la población civil palestina por 56 años, para someterla mediante el terror.
México no debe apoyar a Hamás. Pero tampoco a Israel. Solo los sectores moderados de ambos pueblos podrán abrir rutas de solución.
No obstante, por ahora, los moderados han sido aplastados por los extremistas y la brutalidad de la violencia solo generará más brutalidad, más odio y más extremismo.